La provincia de Granada encara el puente del Pilar con una previsión de ocupación hotelera del 80 por ciento, aunque se prevé mayor en la capital y en la zona de Baza, Huéscar y el Altiplano, de modo que los empresarios se muestran optimistas con lo que creen que puede ser "un gran puente" también en la hostelería y el ocio nocturno dado que además se espera buen tiempo.
El presidente de la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada, Gregorio García, ha señalado en declaraciones a Europa Press que el sector está "muy satisfecho" con el "inesperado" repunte y la afluencia de gente estos días.
El día más fuerte será este sábado, cuando se prevé la mayor ocupación en los establecimientos del centro de la ciudad, que tendrá una ocupación media del 85 por ciento durante todo el puente. El cliente mayoritario será nacional, pero comienza a notarse ya la presencia, cada vez más, de viajeros franceses, ingleses, alemanes y de Estados Unidos. "Comenzamos a ver el cliente extranjero que tanto necesita el sector", ha celebrado Gregorio García.
El resto de las zonas mantienen una ocupación alta, con relevancia la zona del Altiplano, donde la presencia del viajero del Levante y de Madrid es alta y se espera llenar el 90 por ciento de las camas disponibles. La Costa Tropical también mantiene una "gran ocupación" para las fechas que son, con una previsión del 70 por ciento de media. En el caso del Poniente, el dato se sitúa en el 75 por ciento y en el entorno de Guadix y Marquesado, en el 80 por ciento, al igual que en la Alpujarra granadina.
Se prevé además que haga buen tiempo, con lo que la federación también espera que sea un buen puente para la hostelería, los servicios y el ocio nocturno, de modo que "vayan recuperando lo mucho que han perdido".
El sector se muestra así "contento" con un repunte de viajeros que le está permitiendo empezar a resarcirse de la "crisis sin precedentes" provocada por la pandemia de la covid-19. No obstante, Gregorio García matiza que las empresas están perdiendo rentabilidad por la subida "descomunal" de la electricidad y los combustibles, con un gasto por estos conceptos que dobla la factura que se pagaba antes.
