La Guardia Civil, en la operación LIMONEROS, ha desmantelado una organización delictiva que introducía grandes cantidades de hachís en la península, tanto por vía marítima como aérea. Se ha detenido a 38 personas por los supuestos delitos de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, contrabando, pertenencia a organización criminal y falsificación de documento público.
En los registros se consigue encontrar, además de 120 kilogramos de hachís, material aeronáutico, material electrónico, setenta y ocho mil euros en efectivo, tres armas de fuego y diversa documentaciónLa operación se inició en septiembre de 2019 cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de un accidente aéreo de un helicóptero en Marruecos. El piloto del avión siniestrado había estado hospedado en Sevilla, por lo que se inició una investigación para conocer los hechos. Los agentes comprobaron que los miembros de la red tomaban numerosas medidas de seguridad, como alquilar vehículos a nombres de terceras personas para que no pudieran implicarles. Durante la investigación, se supo que el grupo buscaba las aeronaves y los repuestos en segunda mano. Para ello contaba con un grupo de mecánicos de vuelo.
En noviembre de 2019 los guardias civiles encargados de la investigación frustraron un alijo de 420 kilos de hachís en una avioneta procedente de Marruecos, y detuvieron a sus dos tripulantes.
Por otro lado, la red contaba con pilotos de España aunque también traían de Hispanoamérica, sobre todo de México, pilotos noveles a los que formaban en España. Para estas labores docentes la organización contaba con una avioneta biplaza.
Durante los dos años que ha durado la investigación, se ha conocido que los miembros de la red habrían sufrido al menos dos accidentes aéreos de importancia. El primero de los siniestros fue el del piloto mexicano por el que se inició la investigación. El otro accidente se produjo el 9 de septiembre de este año, falleciendo un piloto de nacionalidad española en un vuelo nocturno en Marruecos. Contando con las aeronaves siniestradas la organización ha llegado a tener 7 aeronaves, dos helicópteros y 5 avionetas. Para ello además de la “escuela de pilotos” y el grupo de mecánicos, contaban con lugares para ocultar las aeronaves, así como pistas clandestinas, algunas de ellas camufladas como pistas para entrenar a los galgos.
En el transcurso de la investigación, se tuvo conocimiento de que la organización contaba con una rama que introducía hachís por vía marítima. De hecho, el pasado mes de junio se detuvo a 4 personas y se incautaron 750 kilos de hachís, así como un vehículo utilizado para la carga en un alijo en las costas de Huelva.
Los investigadores, tras la autorización del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Sanlúcar la Mayor (Sevilla), llevaron a cabo 24 registros en Murcia, Toledo, Cáceres, Huelva y Sevilla, donde se incautaron otros 120 kilos de hachís. En Cartaya (Huelva) se encontró al cabecilla del grupo en una vivienda de lujo, y en Sevilla se localizó al jefe operativo.
Además, de las cuatro aeronaves que se han incautado, se han encontrado numerosos efectos relacionados con la aeronáutica, entre ellos manuales de vuelo, así como repuestos para las aeronaves. Igualmente, se han incautado tres armas de fuego, una plantación de marihuana en la localidad sevillana de Los Palacios, 78.000 euros en efectivos y abundante documentación. La operación ha sido desarrollada por agentes pertenecientes al OCON-SUR.