El muestreo del CIS, referido al pasado mes de noviembre, apunta que la clase política y los políticos son percibidos como un problema por el 16,6% los ciudadanos, mientras que la inmigración lo es a juicio del 13,7% de los encuestados.
A la par, prosigue el deterioro de la percepción que los españoles tienen de la situación política, puesto que ya suman el 60,6% los que la tachan de “mala” o “muy mala”.
Hace seis meses, el desempleo alcanzó su cota más alta en las encuestas del CIS desde septiembre de 2000, al ser citado como mayor preocupación por el 77,3%; tras el verano, en el barómetro de octubre, esta cota bajó al 73% y ahora experimentó un repunte de 5,4 puntos hasta situarse de nuevo en cifras máximas.
De la encuesta, elaborada a partir de 2.490 entrevistas entre el 2 y el 9 de noviembre pasado, se desprende que junto a su inquietud por el desempleo los ciudadanos tienen una percepción negativa de la situación económica.
Además de considerarla “mala” o “muy mala” el 73,1% (era el 71,2% en octubre) ninguno de los encuestados se atreve a calificarla de “muy buena”; sólo es “buena” para el 2,5% y “regular” para el 23,9%.
Sin embargo, un 22% vaticina ahora una mejoría de la economía en el futuro, cuando en octubre era menor el porcentaje de optimistas, del 19,7.
Respecto a la situación política, la tilda de “mala” o “muy mala” el 60,6%, dato que empeora el 57,4% que en octubre opinaba de esta forma y confirma una progresiva tendencia a desacreditar el panorama político que arranca a finales de 2008.
Sólo un 6,4% dice que la situación política es “buena” o “muy buena” y el 29,5% la define como “regular”.
Dentro de un año, los encuestados pronostican en un 23,6% que irá a peor, en tanto que el 53,1 afirma que seguirá igual y el 11,9% que mejorará.
En la estadística de los principales problemas, el barómetro de noviembre demuestra un avance del número de ciudadanos que piensan que la clase política es un problema: en octubre figuraba en cuarto lugar de la lista y ahora sube al tercero, en vez de la inmigración.
Más abajo, ocupa el quinto puesto el terrorismo (13,1%), seguido de la inseguridad ciudadana (11,4%) y en séptimo lugar “la corrupción y el fraude”, que con un 10,4% entra por primera vez en puestos destacados de la relación.
La encuesta incluye un apartado dedicado a la próxima Presidencia española de la Unión europea cuyos resultados revelan que siete de cada diez ciudadanos consideran que España influye poco o nada en la Unión.
No obstante, la mayoría considera importante que el país vaya a asumir el 1 de enero la presidencia de turno y se muestra convencida de que tendrá efectos positivos para los españoles.
Además, el 38,1% cree que España va a desempeñar bien o muy bien esa tarea, frente al 30,7 que cree que lo hará regular y el 14,1 que estima que lo hará mal.