Por sexo, se mantiene la diferencia en la incidencia de la mortalidad, las mujeres superan en más de 6 años a los hombres en la esperanza de vida al nacimiento, que ha crecido desde 2001 a un ritmo anual de 0,2%.
Según la estadística del INE la mortalidad tiende a reducirse en todas las edades, y las mejoras más significativas se desplazan hacia las edades más avanzadas, frente a la reducción progresiva de la mortalidad en las edades adultas jóvenes a lo largo de la década de los noventa, sobre todo de 18 a 35 años, y especialmente en los varones.
Desde 1991, la esperanza de vida de mujeres y varones de 65 años se ha incrementado en 2,4 y 2,1 años, respectivamente.
La mortalidad infantil, medida en términos del riesgo de muerte durante el primer año de vida, se ha reducido desde las 7,2 defunciones de menores de un año por cada 1.000 nacimientos en 1991, a las 3,5 en 2007, aunque en los últimos años se ha ralentizado el ritmo de mejora de dicho indicador, dados los bajos niveles ya alcanzados.
Por sexos, la mortalidad infantil se mantiene superior en niños que en niñas, con 3,7 defunciones de niños menores de un año por cada 1.000 nacidos frente a las 3,3 de las niñas en 2007.
La mortalidad mejora en todas las comunidades autónomas, y en Navarra, Madrid, País Vasco, Baleares y Cataluña se ha registrado el mayor incremento de este indicador desde el año 1991, más de cuatro años; por el contrario, los menores niveles de vida media están en Ceuta (78,5), Andalucía (79,7), Melilla y Canarias (80,1) y Asturias (80,2).
Navarra, Castilla y León y Comunidad de Madrid mantienen un comportamiento más favorable de la mortalidad en la edades avanzadas, alcanzando una esperanza de vida a los 65 años superior a los 22,5 años en el caso de las mujeres y a los 18,3 años en el caso de los varones.