Para el presidente de Horeca, Antonio de María, es pronto para hacer una previsión y tampoco cuenta con todos los elementos suficientes como para asegurar que la hostelería, la restauración y el ocio nocturno, más allá de la ilusión que está poniendo y la predisposición que tiene la clientela, tengan garantizada una excelente campaña de Navidad. Pero hay motivos para ser optimistas tras un año y medio de pandemia que ha afectado gravemente a sector.
Raquel García, propietaria de Muelle Uno, dará el pistoletazo de salida a la temporada festiva el próximo 28 de noviembre con una zambomba en este señero local, a punto de cumplir una década de vida.
En total ha programado cuatro, alguna menos que en otros años, por precaución. También hará uso de la terraza, evitando aglomeraciones, para lo que ha pedido ya los preceptivos permisos al Ayuntamiento.
También se muestra satisfecha con las reservas realizadas hasta el momento para comidas y cenas de empresas. “Ya hemos hecho una”, incluso, asegura.
“La gente quiere volver a compartir momentos de ocio y va a coger con muchas ganas la Navidad”, pronostica, por su parte, Alexis Ruiz Martín, presidente de la Asociación de Salas de Fiestas, Bailes y Discotecas. “Los locales tienen un momento magnífico para remontar sin los límites horarios que tanto afectaron”, agrega.
Abraham Pinto, uno de los cinco integrantes de Son de Cai, da buena cuenta de las previsiones más alentadoras de los empresarios para el mes próximo.
El grupo comenzó a recibir llamadas para cerrar actuaciones en octubre, casi un mes antes de lo habitual. Por el momento, cuenta ya con 15 actuaciones, con todos los viernes, sábados y domingos ocupados desde dentro de dos semanas.