La Policía Nacional ha detenido en Granada a un joven de nacionalidad marroquí de 19 años que acumula 13 detenciones y numerosos antecedentes penales como presunto autor de un robo con violencia e intimidación, tras supuestamente haber asaltado a tres viandantes con dos cuchillos de cocina, sustrayéndoles dos teléfonos móviles y una pitillera para, seguidamente, atracar a otro varón que estaba llamando a los agentes policiales.
Los hechos comenzaron sobre las cinco de la madrugada, momento en el que un grupo de tres amigos, dos hombres y una mujer, que se encontraban sentados en un banco de una céntrica avenida de la capital, fueron abordados por un individuo que se dirigió a ellos en un lenguaje ininteligible, sin poder averiguar el contenido de lo que expresaba.
Se fue del lugar, pero permaneció en las inmediaciones hasta que, de manera inesperada, se dirigió nuevamente a ellos esgrimiendo dos cuchillos, uno en cada mano. Fue entonces cuando uno de los varones abandonó el banco con la intención de avisar a la policía, aprovechando este tiempo el atracador para robar el móvil de las otras dos víctimas.
Instantes después, el atracador colocó uno de los cuchillos en el cuello del varón que estaba intentando avisar a la policía al tiempo que le amenazaba verbalmente, consiguiendo sustraerle una pitillera y un bono bus, resultando la víctima herida en varios dedos tras agarrar el cuchillo.
El otro hombre que estaba sentado en el banco consiguió acercarse hacia otro joven que tenía teléfono móvil y que se encontraba en el lugar de los hechos, con la intención de solicitarle que llamase al 091. Esta persona fue igualmente atracada por el detenido, que le sustrajo un bolso negro, un teléfono móvil, dos cargadores de telefonía y 10 euros.
Instantes después, una dotación policial desplazada hasta el lugar, consiguió localizar al presunto autor huido del sitio, el cual fue detenido en las inmediaciones.
Al presunto atracador, que ya ha ingresado en prisión, se le intervinieron los dos cuchillos, uno de ellos escondido en la cintura y otro en el interior de la manga de la cazadora que portaba, además de todos los efectos personales sustraídos, los cuales fueron entregados a sus legítimos propietarios.
