El Papa Francisco ha conferido este domingo por primera vez en la historia el ministerio de Lector, Acólito y Catequista a hombres y mujeres laicas, en una ceremonia en la basílica de San Pedro en el Vaticano.
Durante la ceremonia, el Papa ha instado a "tender la mano" y alejarse de la imagen de una Iglesia que "aplasta bajo los sentimientos de culpa".
En la eucaristía que ha oficiado en la basílica De San Pedro del Vaticano con motivo del Domingo de la Palabra de Dios, Francisco ha hecho un llamamiento a los cristianos para no olvidar que la Palabra se hizo carne, también, para sufrir con los que sufren. "Habitó entre nosotros, y quiere hacernos su morada, para colmar nuestras expectativas y sanar nuestras heridas", ha señalado el Pontífice.
Francisco les ha pedido que sean "anunciadores creíbles, profetas de la Palabra en el mundo". Y ha añadido: "Dios no nos deja tranquilos, si quien paga el precio de esta tranquilidad es un mundo desgarrado por la injusticia y quienes sufren las consecuencias son siempre los más débiles".
El Papa Francisco modificó hace un año el artículo 230, párrafo 1 del Código de Derecho Canónico, para permitir que las mujeres puedan ejercer el ministerio estable de lector y acólito, un papel reservado hasta ahora a los varones, dándoles así funciones en el altar.
Francisco explicó en la carta apostólica 'Spiritus Domini' en forma de Motu Proprio, publicado el 11 de enero de 2021 por la Oficina de prensa de la Santa Sede, que su decisión es fruto de un "desarrollo doctrinal" que se ha dado en los últimos años, que distingue ciertos ministerios para los que es necesario haber sido ordenado sacerdote, de otros cuya condición única es estar bautizado.
"Los ministerios laicos, basados en el sacramento del Bautismo, pueden confiarse a todos los fieles que sean idóneos, masculinos o femeninos", ha aclarado el Santo Padre.
De este modo el nuevo enunciado de la norma eclesial es el siguiente: "Los laicos que tengan la edad y condiciones determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito; sin embargo, la colación de esos ministerios no les da derecho a ser sustentados o remunerados por la Iglesia".
Con esta nueva instrucción de Bergoglio, las mujeres pueden ejercer de acólito, que es aquella persona que, sin tener órdenes clericales, puede actuar en situaciones extraordinarias como ministro, administrando la eucaristía y cumpliendo funciones en el altar. En el pasado este rol eclesial ya estaba abierto a los laicos varones.