El agua que ha viajado desde el Acueducto Tajo-Segura hasta el río Cigüela, a lo largo de 60 kilómetros hasta el azud que ha construido el Ministerio de Medio Ambiente en Villanueva de Alcardete (Toledo), se ha canalizado a través del gran tubo para llevar agua a los municipios de la Llanura Manchega por donde ha recorrido 92 kilómetros hasta llegar al Parque Nacional.
Con un nuevo trasvase de agua a Las Tablas de Daimiel se cumple el compromiso adquirido por el Secretario de Estado del Agua, Josep Puxeu, de encharcar el mayor número de hectáreas posibles de este espacio protegido que en los últimos años ha venido viviendo una situación de “catástrofe ecológica” como en su día llegó a calificar el presidente del Patronato del Parque Nacional, Luis Arroyo.
Durante varios años, las Tablas han permanecido prácticamente secas y apenas una decena de hectáreas de las 1.850 que pueden verse inundadas han permanecido con agua.
La acusada sequía y la sobreexplotación de los recursos hídricos en el área de la conocida como Mancha Húmeda han reducido los niveles hídricos del Acuífero 23 y los aportes de los ríos Cigüela y Guadiana que de manera natural deberían inundar el Parque Nacional.
El agua que ahora ha comenzado a llegar cumplirá con dos claros objetivos, como explicó en su día Josep Puxeu: apagar definitivamente los episodios de incendios latentes de turbas que desde agosto registra el parque y recuperar la biodiversidad que ha caracterizado a este importante humedal.
Volver a conseguir que las Tablas sean lugar de estancia para las aves acuáticas que tradicionalmente han utilizado este territorio es uno de los grandes propósitos que se quieren alcanzar.