Durante la vista de extradición, que ha apoyado el fiscal de la Audiencia Nacional Miguel Ángel Carballo, Poch insistió en que lleva “cuatro meses detenido injustamente”, y se ha “arruinado” su carrera por unos hechos que se le imputan de los que “no existen pruebas”.
Sin embargo, aunque el piloto, de origen argentino pero con nacionalidad holandesa, subrayó que este país se “deshizo” de él sin darle la oportunidad de defenderse, insistió en que lo “más vergonzoso” fue la actuación del fiscal argentino, que le acusó “sin investigar los hechos”, que se remontan a los años 1976 a 1983, en los que hubo más de mil víctimas en los denominados vuelos de la muerte.
Poch está acusado de ser uno de sus responsables, con los que pilotos navales arrojaron al mar a detenidos en la antigua Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) de Buenos Aires, la mayor cárcel clandestina instalada durante la dictadura del general Videla. Las autoridades argentinas ya habían solicitado a Holanda, a finales de 2008, la extradición de Poch.