Álex Caballero tiene dos pronósticos. Uno bueno, otro malo. El bueno es que la crisis provocada por la pandemia y agravada por la invasión rusa de Ucrania no va a resultar tan devastadora como la explosión de la burbuja inmobiliaria de 2008 (aunque en economía, advierte, las previsiones están sujetas a innumerables variables que pueden dejarlos en aguas de borrajas). “Si elimináramos la guerra del escenario, hay demanda no satisfecha por la paralización de la actividad durante el confinamiento duro (basta con recordar la crisis de los microchips con China cerrada a cal y canto”, explica el planificador financiero de finanfox.com, de manera que, conforme se incremente la oferta, volveremos a la senda de la recuperación.
El pronóstico malo es que los precios desbocados se reducirán en los próximos meses tras subidas de hasta un 7,5%, el mayor registro en los últimos 30 años, pero se mantendrán igualmente altos, con un IPC de entre el 4 y el 6% a final de año.
“Se están tomando medidas”, apunta, para paliar la situación. Se refiere, por ejemplo, a la subida de tipos de interés de la Reserva Federal en EEUU. “Tenemos fuerza” para resistir el embate, agrega, gracias a la fortaleza del euro. En el ámbito doméstico, indica que es preciso que los gobiernos europeos se enfrenten a las eléctricas. Esta sería la forma más rápida y efectiva de frenar la inflación porque repercute en el resto de sectores.
Facua-Consumidores en Acción, que ha llevado a cabo movilizaciones la semana pasada junto a CCOO y UGT en las capitales de provincia de toda España, ha reclamado al Gobierno que intervenga los precios de la gasolina y establezca un tope de 50 euros al MWh de la energía. La organización advirtió de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, se han reunido recientemente con los responsables de las grandes eléctricas y petroleras, pero no lo hace con las organizaciones de consumidores representativas para escuchar sus reivindicaciones.
En este sentido, David Cifredo, responsable provincial de Facua, puso el acento en el “sistema absolutamente tramposo que otorga beneficios en la generación, transporte, distribución y comercialización de la energía al oligopolio”. “Están machacando a familias y trabajadores; hay que frenar a las empresas”, demandó.