Entrados en la tarde del Sábado Santo, la cofradía del Santo Entierro dio inicio a su estación penitencial a la Santa Iglesia Catedral. Sin embargo, una vez el cortejo en el interior de la SEO, la hermandad se vio obligada a no completar su recorrido por falta de fuerza en la cuadrilla de la Virgen de la Soledad.
Con anterioridad, ya en la plaza de San Juan de Dios, la única hermandad de la tarde en esta jornada, comenzaba a realizar más paradas de lo habitual.
Pero fue en el interior del primer templo diocesano, cuando varios cargadores se aquejaron de golpes de calor y de fuerza bajo el paso de la Virgen.
Ante la imposibilidad de seguir el curso de la procesión, un nutrido grupo de cargadores externo se ofreció por la puerta de Arquitecto Acero para reforzar la cuadrilla y continuar la procesión.
Aunque su hermano mayor, Fernando Díaz, admitió y celebró el ofrecimiento de los cargadores, determinó tras consultar con la Junta de Gobierno que la procesión no se encontraba en condiciones de completar el recorrido oficial previsto, ordenando, de esta manera, iniciar el regreso por el camino más corto a la Parroquia de Santa Cruz.
Tras unos cuarenta minutos de incertidumbre y dudas en el interior del templo, la cofradía salió con los nuevos refuerzos y con más corazón que fuerza discurrió por la Avenida del Campo del Sur y la calle Santísimo Cristo del Perdón.
Así las cosas la única hermandad del Sábado Santo se recogió a las 20.20 horas entre aplausos, lágrimas y una sensación de fracaso generalizada.
El Santo Entierro es una de las hermandades más antiguas y de más rancio abolengo de la ciudad. Cabe destacar que la única hermandad que procesiona el Sábado Santo fue retransmitida en directo por el canal 7TV.
La primera noticia que se tiene de esta cofradía es de 1601, lo que hace suponer su fundación en torno a finales del siglo XVI en el Convento de San Francisco. Siendo el Cuerpo Capitular de la ciudad hermanos de la Corporación, se traslada a la Ermita de San Roque, propiedad de la ciudad.
Todo ello realizado en los Talleres de Ildefonso. En 1750 cambió su sede, pasando al Convento de Santa María; posteriormente, pasó a Santa Cruz en 1926.
En el día de hoy fueron muchos los estrenos que después de dos años de pandemia esta hermandad centenaria pudo poner en la calle: restauración y plateado de un juego de ciriales, Cruz parroquial, faroles de Cruz de Guía, faroles del banderín del IV Centenario fundacional y seis varas lisas de la primera mitad del siglo XX.
Antes de todo eso, el Sábado Santo gaditano despertó poco después de que las hermandades del Viernes Santo se despidieran de la jornada.
Era la 01.00 horas cuando a golpe de matraca se abrían las puertas de Santiago para que saliera la Congregación Mariana de Ecce-Matter Tua, un río de penitentes ataviados con túnica negra, cíngulo de cuerda y antifaz sin capirote.
De esta manera tan austera se daba paso a un humilde paso de madera alumbrado con dos hachones que alumbraban el bello rostro de la Virgen María.
Esta congregación que fue fundada en el año 1953, llevaba en sus filas más de 300 personas rezando a través de un megáfono por un recorrido oficial, aunque sin entrar en la Santa Iglesia Catedral para realizar su estación de penitencia.
Cabe recordar que el capataz de este único paso de misterio sigue siendo Manuel Ramírez. Durante toda la noche fue marcando un acelerado ritmo hasta recogerse a las 04:15 h con el canto de la Salve desde el interior del templo.
