El Gobierno de Sánchez aprobará el próximo martes de forma definitiva el recorte del trasvase del Tajo al Segura. un golpe mortal para 5.000 empleos y muchas familias del sur de Alicante. Los regantes del Sureste de la península preparan movilizaciones contra la medida. Mientras, Castilla La Mancha, y más concretamente su presidente, el socialista Emiliano García Page se felicita por este recorte y anuncia que seguirá "apretando" hasta eliminar por completo el trasvase. Consigue así el dirigente manchego imponerse en la guerra del agua a otro varón socialista, el president de la Generalitat, Ximo Puig,
Señalaba García Page en su discurso que la guerra aún no ha acabado, y que seguirán en la lucha hasta conseguir una solución definitiva. Desde la Generalitat, el president Puig ya ha señalado que podría llevar el recorte del trasvase a los tribunales ya que, dice, tiene suficientes razones jurídicas, políticas y sociales para hacerlo. Añade además Puig que su lealtad está con los regantes del sur de alicante.
Estos, sin embargo, han señalado que este recurso del gobierno valenciano llega tarde y mal. Asaja-Alicante ha criticado la labor del Consell al que acusan de no defender la agricultura, propiciando la desaparición de cinco mil empleos y de las 27.000 hectáreas de regadío “que ahora se convertirán en un páramo”.
La organización agraria ha convocado una protesta el martes 17 de mayo ante la Subdelegación del Gobierno de Alicante para protestar por la aprobación del recorte del trasvase. Su presidente, José Vicente Andreu, ha asegurado que el PSOE cava dos tumbas con esta decisión. Por un lado, la de los agricultores levantinos, y por otro, su tumba política en esta zona.
