A la par que las restricciones descienden, las ganas de viajar aumentan exponencialmente. Pero, ¿hasta qué punto? Según el director del aeropuerto de Málaga, Pedro Bendala, este verano va camino de ser parecido al de antes de la aparición del Covid-19. “Las previsiones no son como para superar cifras prepandémicas, pero en vuelos estaremos casi igual que el verano de 2019, casi el cien por cien. En pasajeros nos quedaremos entre el 90 y 95 por ciento. Estamos ya en el 85, pero todavía superar ese 90 por ciento no lo hemos alcanzado”, destacó en una entrevista en el programa ‘La Alcazaba’, de 7TV Málaga.
Las sensaciones desde Aena son muy buenas. “Estamos mejorando cada mes desde febrero, que estaba todavía presente la [variante] ómicron. En Semana Santa hemos tenido el 91 por cierto del tráfico. Son números que animan a ser optimistas”. En el año 2019 faltó poco para llegar a los 20 millones del pasajeros, fue un ejercicio de récord, el año con más tráfico en el aeropuerto de Málaga y “fue especial por ser el año del centenario”. La pandemia, además, empieza a quedar atrás en cuanto a perjuicios económicos: “El paréntesis nos ha afectado a todos, pero ahora con optimismo tenemos que rehacernos”.
"El 80% del tráfico es de Europa, tenemos casi 200 rutas con el continente. Málaga estará conectada con 123 ciudades del mundo, muchas de ellas de Europa pero también de Oriente Medio, África... la gran ventaja del aeropuerto es esa conectividad. Nacen con destino turístico, pero dan la oportunidad de acercar a personas por moticos profesionales”, analizó.
Para esta temporada de verano, el mercado británico va a tener los mismos vuelos que tuvo en 2019. Hay más de 2 millones de asientos ofertados, en ida y vuelta, solo con Londres. Cada día saldrán de Málaga 20 vuelos hacia allí y vendrán otros 20. “La conexión con el Reino Unido es súper importantes porque casi el 28% de los pasajeros son británicos. Vivimos el Brexit con incertidumbre, pero lo cierto es que no ha tenido una influencia tan significativa”.
Bendala no olvida el crecimiento del mercado árabe, que mira a Málaga con más frecuencia. “Se van a ofertar más de 200.000 asientos con Oriente Medio con compañías como Eithad Airways o Qatar Airways. Puede que vuelvan otras compañías más, pero aún tienen que anunciarlo. Las rutas que teníamos se repiten con más frecuencia. Nos abre muchas oportunidades”.
Guerra e inflación
La invasión rusa en Ucrania, que continúa dejando vidas inocentes atrás y mermando a implicados y externos, tiene su repercusión también en el sector. “La Guerra siempre viene mal a todo el mundo. Teníamos vuelos con San Petersburgo, Moscú, Minsk o Kiev que, sin ser un gran volumen de vuelos, sí los echamos de menos”, aunque Bendala realza que Málaga es “un sitio seguro y para ese turismo que necesita esa seguridad para su familia. Seguimos siendo uno de los destinos más atractivos del mundo”.
La propia inflación que ha provocado, entre otras muchas cosas, la guerra, sí que tiene una derivada directa: la subida del precio de los combustibles de aviación. “Supone el 30 por ciento de los costes, por lo que sí tiene un pacto real”. Aunque, como explicó el entrevistado, los combustibles se compran con suficiente antelación, en una especie de reserva. “Ahora estarán negociando el precio de los combustibles para la temporada de invierno. Es un espiral, los precios suben y bajan y se tendrá que ver cómo es el precio medio a lo largo del año. Esperemos que los precios sean menores”, apuntó.
El director del aeropuerto malagueño informó de que hay un proyecto para el 2026 en la red de Aena “para que toda la energía que consumamos sea producida por fuentes renovables, instalando plantas fotovolcaicas dentro del propio aeropuerto”. Por otro lado, recordó la importancia de las aproximadamente 8.500 personas que trabajan en las instalaciones. “Aunque no trabajan simultáneamente, pero fácilmente puede haber tres mil personas a la vez”. Uno de cada 20 son de Aena y los otros 19 trabajan en otros ámbitos como la restauración, limpieza, seguridad y otros puestos.
Recuerdos de pandemia
"Aquel día fue cerrar y pasar del todo a la nada. Hubo un día en que nos quedó un único vuelo. Durante esa primera semana de cierre solo teníamos vuelos de repatriación o médicos. Es un silencio que impresiona. La noche que cerramos se me saltó una lágrima. Gracias a aquello somos capaces de dar respuesta en un tiempo que jamás hubiéramos pensado. Ahora sabemos qué es lo que hay que hacer y estamos preparados si hubiera alguna otra pandemia".
Hay cosas que se han quedado, como la distancia interpersonal, las mascarillas, los geles, la ventilación frecuente o la renovación del aire. “Eso es bueno para mejorar el estado general de la infraestructura” ¿Qué le falta al aeropuerto de Málaga? Para Bendala, poca cosa se necesita para seguir creciendo: “A Málaga no le falta nada. En primer lugar, tiene el mejor recurso del mundo que es una sociedad fabulosa, tan abierta y de ese carácter. Lo segundo, tenemos un clima envidiable. Algo tiene que mejorar, por supuesto, pero tiene una cantidad de atractivos que es la envidia de muchos".