'La Almería omeya, nexo de unión entre Oriente y Al-Andalus. La ruta transmediterránea y la vía Almería-Córdoba', a cargo de Eneko López, profesor de la Universidad del País Vasco, es el título de la conferencia que ha abierto el ciclo sobre las novedades en la arqueología Andalusí que impulsa la Diputación Provincial, a través del Instituto de Estudios Almerienses, IEA, con la colaboración de la Junta de Andalucía.
El ciclo, que consta de cinco se sesiones, se celebra en el Museo de Almería con entrada libre hasta completar aforo.
La conferencia de apertura supuso un éxito de participación y contó con la presencia del diputado de Cultura y Cine, Manuel Guzmán; la delegada de Cultura de la Junta en Almería, Eloísa Cabrera; el coordinador del ciclo y miembro del IEA, Lorenzo Cara, o el director del IEA, Francisco Alonso, entre otras autoridades y representantes de la sociedad y cultura almeriense.
El conocimiento de la Almería andalusí reserva muchas e interesantes sorpresas. A partir de recientes estudios, que han reactivado su interés como objeto de investigación desde perspectivas y temas novedosos, se quiere dar cabida a reconocidos investigadores de fuera de la provincia que están abordando su conocimiento desde perspectivas metodológicas novedosas.
Esta van desde una nueva lectura de las fuentes para generar hipótesis de investigación arqueológica (Eneko López Martínez de Marigorta), nuevos enfoques y revisión de perspectivas (Marta del Mastro Ochoa), hasta la aplicación de nuevas metodologías que permitan establecer la procedencia de materiales (Alberto García Porras, Maria Jose Peregrina Sánchez y María Elena Salinas Pleguezuelo) o una lectura secuenciada y rigurosa de los edificios (Navarro Palazón) hasta la complementación de perspectivas en espacios y funciones (Bilal Sarr Marroco).
El profesor Eneko López disertó sobre la Almería omeya. En los siglos IX y X, Almería se convirtió en el principal puerto de acceso a al-Andalus de las nuevas dinámicas socioeconómicas y culturales que se estaban gestando en el Oriente islámico. Desde Pechina al interior, esa ubicación estratégica posibilitó que el puerto acabase transformándose en una floreciente ciudad, como capital marítima del califato omeya de Córdoba.
