El seísmo del 12 de enero ha sido la última de una serie de calamidades que han golpeado a Haití, incluido el aumento de precios de los alimentos y del combustible en 2008, que generó disturbios, y los huracanes de ese mismo año.
Para que Haití se recupere de todo ello “necesita algo grande”, dijo el director gerente del FMI en una entrevista con el IMF Survey Magazine, una publicación de la entidad.
A su juicio, la ayuda extendida “de manera poco sistemática” no es suficiente y lo que es necesario es “una especie de Plan Marshall”.
El asunto se tratará en el 25 de enero en una conferencia internacional en Montreal a la que asistirá el primer ministro haitiano, Jean-Max Bellerive.
En esa reunión, a la que acudirán representantes de Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, algunos países latinoamericanos y varias organizaciones internacionales, se planificará también una cumbre de mayor nivel sobre Haití que se celebrará en los próximos meses.
El FMI negocia con organizaciones y países donantes la cancelación de toda la deuda haitiana.
El terremoto de la semana pasada causó la muerte de más de 100.000 personas, según cifras del gobierno haitiano, y 1,5 millones de personas han sido afectadas.
De acuerdo con cálculos del Banco Mundial, el seísmo ha causado pérdidas valoradas en más del 15 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país caribeño, ya de por sí el más pobre de América.
Expertos del FMI ayudan al gobierno a reactivar la circulación de dinero en las calles para que las personas puedan comprar alimentos y a que los funcionarios públicos reciban sus salarios, dijo Nicolás Eyzaguirre, director del departamento de América del organismo.
Algunas oficinas que reciben remesas han reabierto sus puertas y los bancos lo harán próximamente, pero el sistema de pagos aún no está completamente operativo, explicó Eyzaguirre.
“Necesitamos ayuda urgente para que la economía de Haití vuelva a funcionar. Todas las instituciones estatales y gubernamentales han sufrido daños cuantiosos”, añadió el economista chileno.