Son jóvenes, profesionales y apasionados del arte culinario. José María Márquez, un alquimista en la cocina. Silvia Morales, una entusiasta hostelera. Ambos viajeros y amantes de los sabores del mundo dirigen por tercer año Mezkla, un consolidado restaurante ubicado en Zahara de los Atunes que invita a los comensales a disfrutar de platos y sabores inspirados en las más variopintas gastronomías del mundo. De Perú a Japón, de Turquía a México, de Marruecos a Italia, de Argentina a Cuba... José María y Silvia vuelven esta temporada cargados de nuevas experiencias culinarias para dar lo mejor de sí con su “cocina del mundo”.
Te invitamos a probar nuestra propuesta para la Ruta del Atún: ‘Mezkladicción’, un cono de hojaldre relleno de crema de guiso de garbanzos con atún, espuma de huevo fritos y atún macerado en ponzu; que será un entrante ideal en tu recorrido por los sabores del mundo"Y es que lo que nació como un modesto local de comida para llevar cerca de la playa del Carmen de Zahara de los Atunes; se ha convertido en un ambicioso proyecto gastronómico. El interés por la cocina de José Mari, herencia de su padre, su formación en la Escuela de Hostelería de Cádiz y restaurantes de renombre; junto a su gran afición por viajar y conocer la gastronomía de cada lugar; han forjado a un chef con grandes conocimientos culinarios, cuya cocina se pone a la altura de los más grandes en Zahara de los Atunes, localidad donde el turismo gastronómico se ha convertido en un atractivo complementario a la oferta de sol y playa que, hoy en día, sigue triunfando como principal opción de vacaciones en el litoral andaluz.
Su pasión: viajar
Con tan sólo 33 años de edad, José María Márquez, acompañado de Silvia, ha viajado por países de todo el mundo. Su mayor afán ha sido conocer los ingredientes y recetas de la gastronomía típica de cada lugar… captando aromas, sabores y texturas de los platos más representativos de cada país, hasta dar con la esencia de su proyecto: “hacer un Canden Town de comida viajera, pero elegante”. Siempre leyendo, probando, practicando e inventando, y, cada vez que ha tenido ocasión, visitando los más famosos restaurantes de España.
“Una montaña rusa de sabores”
La carta de Mezkla se presenta como “una montaña rusa de sabores”, donde los ácidos, dulces, salados, amargos, picantes, e incluso el umami- cuyo gusto se describe a menudo como la delicia carnosa y sabrosa que profundiza el sabor-, están presentes en cada plato.
Como protagonistas, el atún rojo salvaje de almadraba Gadira y las mejores carnes, una apuesta segura en calidad y sabor; acompañados de elaboraciones propias de salsas y aderezos; y por el toque personal que el chef le da a cada ingrediente del plato.
Una exclusiva carta, de sabores únicos, compuesta por diez platos para comenzar, dos propuestas de sushi, cinco platos fuertes, tres para niños, y tres postres. Todos para compartir y preparados con hasta catorce elaboraciones distintas para sorprender al más exigente comensal, también por su precio “ajustado al máximo para que los clientes siempre quieran volver”.
Entre las novedades de su carta para la temporada se encuentran sus propuestas para “dar la vuelta al mundo” a través de su particular versión de ensaladilla rusa, su Sam de atún con helado de guacamole, su taco fusión, su ensalada de pulpo frito al estilo tailandés, su tartar de gambón; su atún picante, ‘El nido del Mezkla’, su uramaki de Atún y trufa, su niguiri-croqueta de revuelto de ortigas y gambas o su usuzukuri de atún, entre otros.
Además, en homenaje a Zahara, Mar y Montaña, se encuentran platos como la tarrina de foie, queso de cabra y manzana; arroz negro con tataki de atún, alioli de trufa y albahaca, su falsa lasaña retinta o el entrecot de angus.
Y de postre, sólo tres, pero con mucha personalidad: Crema de limón, algodón de azúcar y helado de yuzu-fresa; tarta de queso, tofe y helado de yogurt, miel y nueves; y tarta de pistacho, crema de vainilla y helado de pistacho y chocolate blanco.
Su local, de exquisita y original decoración, ubicado entre las calles Tomillo y Calle Marina, detrás del Hotel Gran Sol, cuenta además sobre el restaurante con apartamentos turísticos que también gestionan estos dos empresarios barbateños.