Así podríamos definir a la región europea con mayor número de espacios protegidos por la Unesco, sin contar con que nuestra expresión cultural más identitaria, el flamenco, así como los patios de Córdoba o la Cal de Morón, están reconocidos con esta máxima protección en el ámbito inmaterial.
Los últimos espacios en incorporarse a esta lista han sido los dólmenes de Antequera, que ya cuentan desde el pasado mes de marzo con un magnífico museo, o el mágico enclave de Medina Azahara, rastro vivo que nos demuestra la importancia que tuvo el Califato Omeya de Córdoba en nuestra cultura. El número de espacios a la espera de esta distinción siguen creciendo, como el Yacimiento de San Cristóbal, en el Puerto de Santa María en espera desde el 2018, que alberga la bodega más antigua de Occidente, que se encuentra oculta, y por tanto también protegida, bajo el terreno, ya que llegó a ser usada como pista de motocross en los años 90.
Curioso que esta bodega fenicia de 2.300 años de antigüedad este situada entre localidades referentes en el sector vinícola; el Palo Cortado de Jerez, la Manzanilla sanluqueña o el Fino del Puerto de Santa María que tiene como símbolo reconocido internacionalmente al toro de Osborne que podemos descubrir en muchas carreteras españolas. Este toro, que es marca España, consiguió saltar del ámbito publicitario- de la mano del gran Prieto Benítez en los años 50- al Arte inmortal, ya que están protegidos como BIC por la Junta de Andalucía. Un toro que ha vuelto a ser esta semana la portada más brillante de la Feria del vino fino del Puerto de Santa María, gracias a una de las grandes empresas andaluzas, Ximénez iluminación .
Además de este ingente Patrimonio que nos permite viajar a lo largo de la historia de la humanidad sin necesidad de salir de las fronteras andaluzas, desde las pinturas rupestres de la comarca de los Vélez o Sierra Morena, hasta la catedral de Sevilla, cuyos muros se levantaron con piedras de las cantera de doña blanca junto al citado yacimiento portuense, poseemos un importante patrimonio natural. Hace unos días, el presidente de la junta de Andalucía anunciaba la intención de apostar por la Geoda Gigante de Pulpí, en Almería, para su candidatura a patrimonio de la humanidad. Un enclave, que como otros sesenta en nuestra tierra, ha sido declarado recientemente monumento natural.Estas declaraciones no solo suponen una importante salvaguarda de los mismos -lo que se conoce y se reconoce se cuida y se protege- sino que supone un impulso económico y social para los territorios que tienen la suerte de albergarlos, imprescindible para que Andalucía avance, preservando a su vez lo que nos hace únicos e irrepetibles.