La patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Corcubión y la patrulla de Seguridad Ciudadana de Boiro han investigado a una vecina de la segunda localidad coruñesa como autora de un delito de maltrato de animales domésticos por la muerte de su perro debido a un supuesto envenenamiento.
Según ha informado el Instituto Armado, los hechos ocurrieron cuando efectivos fueron avisados por la Central Operativa de Servicio (COS) de la Comandancia de que un particular alertaba de un posible envenenamiento de un cánido.
Por ello, agentes se desplazaron al lugar indicado y constataron a su llegada la presencia de "un perro de raza potencialmente peligrosa convulsionando, sin poder mantenerse de pie y atado a un árbol con una cadena sin collar".
Al lado del cánido una sartén que hacía las veces de comedero, relatan las mismas fuentes, "con una sustancia granulada de color verde-azulada, que posiblemente se trataría de un producto comercial utilizado para la eliminación de roedores".
La Guardia Civil, ante el estado del perro, indicó a la propietaria la necesidad de llevar al mismo a un centro veterinario para su "rápida atención", ya que, añade, "era factible que se hubiera envenenado ingiriendo el producto reseñado anteriormente", pero se negó "en varias y reiteradas ocasiones", destacan las mismas fuentes.
Por ello, la patrulla del puesto de Boiro trasladó el animal a un centro veterinario de la localidad. La patrulla del Seprona recogió las muestras del producto que se encontraban en la sartén/comedero para su remisión al Centro de Recuperación de animales salvajes y marinos.
PARTE VETERINARIO
La noche de los hechos el perro falleció y el veterinario emitió un parte facultativo en el que indicaba que la causa de la muerte "posiblemente fuera debida a la ingesta de gran cantidad de tóxico", subrayan las mismas fuentes.
Una vez recibido el resultado de la analítica por parte del Instituto Toxicológico de la Xunta, se confirmó, apunta la Benemérita, "que el veneno hallado en el comedero era el mismo que el hallado en el estómago del cánido".
De las investigaciones llevadas a cabo por La Guardia Civil se averiguó que la propietaria del perro había ido a una protectora de animales para deshacerse de él, pero no había podido ser acogido y apareció muerto a los tres días.
Por tales hechos la Guardia Civil procedió a la investigación de la dueña del perro como autora de un delito de maltrato de animales domésticos con resultado de muerte.