Camaleónica, magnética y con tendencia a salirse de los cánones, la actriz británica Tilda Swinton (Londres, 1960) se rinde a la fantasía de George Miller en "Tres mil años esperándote", una fábula romántica con ecos de Aladino en la que un genio atrapado en una botella (Idris Elba) le concede tres deseos.
"Me gusta la aventura, de eso no hay duda", aseguró Swinton en una entrevista con un reducido grupo de medios internacionales, entre ellos Efe, durante el pasado Festival de Cannes, donde se vio por primera vez el filme, que ahora llega a los cines y en España se estrena el 2 de septiembre.
Fue en Cannes, cinco años antes, durante una cena de celebración del 70 aniversario del festival, donde el director de "Mad Max" y la musa del cine de autor contemporáneo coincidieron por primera vez. Swinton cuenta que empezaron a hablar y conectaron de inmediato, a pesar de que tardó quince minutos en darse cuenta de quién era él.
"Miller es como un niño, en el mejor de los sentidos, que te invita a jugar en su cajón de arena... a Idris y a mi nos pedía algo nuevo, fresco y eso para un actor es siempre una bendición", afirma la ganadora de un Oscar por "Michael Clayton" (2007).
El director australiano tampoco ahorra elogios al hablar de ella. "La hemos visto trabajar y cada vez es diferente... Como ser humano, como artista y como pensadora, es una persona con una increíble sabiduría, ahora sé porqué tantos directores que han trabajado con ella repiten".
La lista a la que se refiere Miller es apabullante e incluye a Wes Anderson, Jim Jarmusch, Luca Guadagnino, los hermanos Coen, Joanna Hogg, Bong Joon Ho o David Fincher, con quien acaba de rodar su segunda película juntos, "The Killer".
Sofisticada y con un aire como de otro planeta, capaz de mostrar tanta frialdad como fragilidad, Swinton ha demostrado su versatilidad en títulos como "Io sonno l'amore", "Snowpiercer", "El gran hotel Budapest" o "Tenemos que hablar de Kevin".
"Crecí con la idea de que uno no puede cambiar y diría que mi vida ha estado definida por la voluntad de desafiar esa idea de que el ser humano nace en un lugar y ha de permanecer en él, ya sea un estado, una clase social o el género", asegura.
Nacida en una familia anglo-escocesa con pasado aristócrata y militar y un linaje que se remonta a la Edad media, de joven cambió las altas esferas por el 'underground' y el ambiente "queer". Actualmente vive con su pareja y sus hijos en una villa cerca de la ciudad escocesa de Inverness.
Su personaje en el filme de Miller es el de una intelectual, experta en narrativa, que viaja a Estambul para una conferencia y compra en un mercadillo una botella antigua.
Al destaparla en su habitación del hotel libera al genio, Idris Elba, que le concede los clásicos tres deseos. Pero ella, que no es ninguna ingenua, se resiste a expresarlos y gana tiempo escuchando las historias que el genio le cuenta sobre cómo ha llegado hasta ahí.
Basada en un cuento de una antología de la inglesa A.S. Byatt, "Tres mil años esperándote" son dos películas en una, por un lado la que se desarrolla en la habitación del hotel donde conversa con el genio, más íntima y por otro la fantástica y colorida que viaja al pasado del genio.
Miller se hizo con los derechos por primera vez en 1994, seducido por la infinidad de temas de abarca, asegura, como qué es real y qué no, el amor, el deseo, la mortalidad, el paso del tiempo, la percepción del pasado y "cómo manejarnos en el aparente caos del mundo".
CinemaScope
Tilda Swinton: e Idris Elba en el sorprendente regreso de George Miller
Estrena "Tres mil años esperándote", una fábula romántica con ecos de Aladino en la que un genio atrapado en una botella (Idris Elba) le concede tres deseos.
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