Una ronda de reuniones del presidente Moreno con los portavoces de los grupos con representación parlamentaria ha supuesto, de alguna manera, la apertura del nuevo curso político en Andalucía, que otea en el horizonte de 2023 dos trascendentes citas con las urnas en mayo, las municipales, y en diciembre, las generales. El PP pone de largo su mayoría absoluta y lo hace con un discurso bien interiorizado, alejado de la soberbia y cercano al diálogo y al entendimiento. Existen muchas certezas, aunque también algunas incógnitas acerca de la XII legislatura del Parlamento andaluz.
Entre las certidumbres, contamos con un nuevo consejo de gobierno y los nombres y apellidos de quienes integran la estructura periférica de la Administración andaluza, entre los que figuran personas que militaron y representaron a Ciudadanos en las instituciones de la comunidad. El liderazgo de Juanma Moreno es indiscutible. Su forma de gobernar se ha convertido incluso en un modelo dentro del PP, alternativo al verso suelto que supone Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Centralidad y moderación son senderos por los que dice querer caminar Núñez Feijóo para llegar al Palacio de la Moncloa.
Entre las incógnitas está, básicamente, saber cómo le irá al presidente andaluz sin su fiel escudero Bendodo, clave del éxito de la acción de gobierno durante la pasada legislatura, que tuvo un fiel reflejo en los resultados del 19-J. Antonio Sanz, el nuevo consejero de la Presidencia, es un hombre curtido en mil batallas y experimentado en la gestión, que mantiene un perfil político similar al de Bendodo, aunque con matices y tonalidades. Otro de las interrogantes es conocer el nombre del portavoz del Gobierno. Es un nombramiento que aun se resiste. El presidente de la Junta ya ha demostrado que no es amigo de las filtraciones. No lo fue para anunciar la fecha de los comicios autonómicos, tampoco para la composición de su nuevo Ejecutivo. Por lo tanto, es mejor no especular con nombres, aunque parece que el perfil buscado y encontrado es el de una mujer periodista.
En la oposición, hay más certidumbres que incógnitas. La mayoría suficiente (Moreno dixit) les deja poco margen de acción. Fiscalizar la tarea de gobierno será su misión -que no es poco- al tiempo que preparan la doble cita electoral, clave para hallar un oasis en su travesía del desierto.