Bascompte –Olot (Gerona) 1967–, único español miembro del comité editorial de Science junto al hispano-estadounidense Francisco J. Ayala, opinó en una entrevista con Efe que “por encima de la mayor financiación a la ciencia, de la que siempre se habla, España lo que necesita es cambiar la cultura con la que hacemos ciencia”.
“Hemos de identificar a la gente de excelencia y darle los recursos; no podemos continuar con una política de café para todos que es nefasta; necesitamos repartir mejor los recursos, enfatizando la calidad y la excelencia”, ha sintetizado.
Abogó por una mayor flexibilidad administrativa que libere a los investigadores de trabas burocráticas y por “abrir más la ciencia en España porque no existe ciencia regional o nacional; sólo hay ciencia mundial”.
Ironizó al asegurar que “no hay que ser un sabio” para saber que las potencias económicas son las basadas en la economía del conocimiento y ha defendido que la inversión científica no prime la ciencia aplicada en detrimento de la básica “sino a la buena ciencia y a la buena aplicación de la ciencia”.
Doctorado en Biología por la Universidad de Barcelona en 1994 y científico de la EBD desde 2000, Bascompte ganó en 2004 la primera edición del premio al mejor investigador joven europeo (Premio Euryi) y al año pasado logró el hito de publicar cinco artículos diferentes en Science, Nature y PNA, las tres revistas científicas más importantes del mundo.
El comité editorial de Science está integrado por una elite de 150 expertos en todas las especialidades científicas que eligen los artículos que edita entre el millar de trabajos que recibe al mes.
Bascompte admite que “siempre puede haber” fraude científico, incluso en estas prestigiosas revistas, pero matiza que siempre se descubren “en sólo unos pocos meses”.
Disiente del estereotipo del científico que sólo se dedica a publicar en revistas de prestigio y apostilla: “eso siempre lo dicen los que nunca podrán publicar en estas revistas; que logren publicar algún artículo primero y luego, que critiquen”.
En su opinión, la ecología es una de la áreas “con más calidad de la ciencia española” y explica que su especialidad, la ecología integrativa, estudia desde una perspectiva multidisciplinar las interacciones entre las redes ecológicas que forman un ecosistema, frente a la mera descripción de especies de la biología tradicional.
“La ecología ha sido una ciencia descriptiva (...); nos falta un cuerpo teórico que nos permita hacer predicciones”. la ecología integrativa supone una aproximación múltiple para conocer el puzzle de la arquitectura de la biodiversidad y, además, mediante modelos teóricos que nos permitan conocer cómo van a evolucionar los ecosistemas", explica.
Este conocimiento no es una mera cuestión teórica, pues resulta crucial para conocer fenómenos de gran impacto social, como el colapso de las pesquerías, las consecuencias planetarias de la pérdida de las selvas tropicales o los cambios en la polinización de plantas por insectos, que pueden acarrear pérdidas multimillonarias para la agricultura.
Bascompte destaca la importancia de esta especialidad para afrontar el desafío del cambio global, porque "lo importante" no es conocer el impacto que causa en cada especie, sino en el conjunto del ecosistema al que pertenecen y en los servicios que presta dicho ecosistema, "algo sobre lo que no sabemos nada".
"Sabemos que hay especies que se van a extinguir; lo importante es saber si ello va a suponer una cascada de extinciones y qué consecuencias va a tener; proteger las especies es importante no sólo por cuestiones estéticas o éticas sino por nuestro propio bienestar y por los beneficios que nos aportan los ecosistemas", concluye.