Desde una sencilla habitación, hace treinta años, a la amplia sede actual junto a la Ciudad de la Infancia, en las antiguas oficinas de Urbanismo en el Molino de San José del Parque Hazas De Suerte, la evolución de la Asociación Vejeriega de Ayuda al Discapacitado (Avadis), no se puede entender sin el esfuerzo, la tenacidad y el sacrificio de un grupo de madres y padres que se empeñaron, y se empeñan, en construir un mundo mejor, más accesible y más inclusivo para sus hijos e hijas. Esos son sus únicos objetivos. Y siempre han ido varios pasos por delante de las distintas administraciones públicas.
Desde una sencilla habitación, hace treinta años, a la sede actual, la evolución de Avadis no se puede entender sin el esfuerzo, la tenacidad y el sacrificio de un grupo de madres y padres que se empeñaron, y se empeñan, en construir un mundo mejor, más accesible e inclusivo para las personas con diFueron seis padres y madres con hijos con diversidad funcional quienes en 1992 decidieron dar un paso al frente con el objetivo de cubrir unas necesidades y servicios ausentes totalmente en aquella sociedad. La idea surge para cubrir aquella carencia de recursos al tiempo que se daría respuesta a la gran cantidad de necesidades que presenta este colectivo.
La asociación cuyo objetivo principal es la integración social y personal de los usuarios, “ha estado en un proceso de consolidación, de preparación, marcándose una serie de objetivos de los cuales muchos se han logrado, sin embargo, otros están por cumplir”.
Durante un tiempo estuvieron reuniéndose en una casa, en una habitación. Para los meses de verano contrataban a una pedagoga y a un fisioterapeuta. Luego el Ayuntamiento les cedió un local en el ambulatorio, en el centro de salud. Se quedó pequeño y alquilaron otro mayor en la calle Ereta. De ahí pasaron a Teresa de Calcuta (sede que contaba con salas de fisioterapia, logopedia, psicología, atención temprana y educación especial)… y en septiembre de 2020 “llegamos aquí”. Una sede digna para la impagable labor que realizan.
Treinta años y un esfuerzo titánico
Una labor que cumple treinta años y que será merecidamente reconocida con el Premio Ciudad de Vejer 2022 que se entregará el próximo 24 de octubre.
“Treinta años ofreciendo una necesaria e importante labor de apoyo e inclusión a las personas con discapacidad en todos los ámbitos a través del esfuerzo, constancia y entrega de los familiares, personal y voluntariado. Un merecido reconocimiento en nombre de todo el pueblo de Vejer a todas las personas que forman la Asociación Vejeriega de Apoyo al Discapacitado que sirve de estímulo para seguir trabajando en beneficio de las personas con discapacidad”, señalaba el alcalde, Manuel Flor, al anunciar la decisión del jurado que otorga dicho premio.
Aprovechando dicha efeméride y también el próximo reconocimiento, mantuvimos un encuentro con María Ángeles Utrera, presidenta de la asociación, Ana María Bermúdez, vicepresidenta, María Jesús Brenes, vocal de la Junta Directiva, y Chari Revuelta Gil, trabajadora social del centro y pilar básico en el día a día del mismo.
Son las herederas, junto a otras madres y padres, de la labor que iniciaron Enrique, María, Joaquina, Pepe, Pereira… los pioneros que pusieron la primera piedra de un proyecto nacido desde el corazón y que ha pasado por varias etapas para seguir creciendo regado por la misma esencia. Apoyar a las personas con diversidad funcional en el arduo camino de la integración y la inclusión social.
A medida que pasaban los años, se fueron incorporando más padres, se formalizaron convenios con el Ayuntamiento que ayudaban a financiarse junto a las rifas, sus tradicionales calendarios, la venta de lotería de Navidad, o la puesta en marcha de una caseta en la Feria de Primavera y otras barras en distintos eventos. En 2013 llegó un importante punto de inflexión cuando se hicieron con el concierto de Atención Temprana Infantil que licita la Junta de Andalucía y que hasta entonces estaba en manos del Ayuntamiento, aunque la gestión ya era de Avadis. “Licitaron las plazas, accedimos a ellas y eso nos dio una enorme estabilidad. Nos permitió contratar a una psicóloga, a un logopeda, a un fisioterapeuta…”, indica Chari Revuelta.
Con el exalcalde Antonio Verdú ya firmaron un convenio y la cesión de un local. con Pepe Ortiz llegó la cesión de la sede en Teresa de Calcuta, y con Manuel Flor, las actuales instalaciones que “incluso fueron acondicionadas por el Ayuntamiento. Era un local diáfano”. Una sede con varias salas y con un apartamento totalmente equipado que se usa como una vivienda simulada en la que se “trabaja la autonomía” de los usuarios del centro (que hacen la cama, van a la compra, etc) y en la que se imparten distintos talleres como el de cocina.
Los servicios que se ofrecen
El centro ofrece varios servicios. El de Atención Infantil Temprana es gratuito y está destinado a niños y niñas de 0 a 6 años con trastornos en el desarrollo o con riesgos a tenerlo. Actualmente este servicio es usado por 35 menores.
A partir de seis años “tenemos a niños con discapacidades intelectuales, físicas o con necesidades educativas especiales”, a los que se les ofrecen servicios de pedagogía terapéutica, logopedia, psicología y fisioterapia. Y “cuando podemos y accedemos a una subvención, ponemos en marcha distintos talleres grupales como el de ludoteca, autonomía personal o habilidades sociales”. Estos servicios cuentan actualmente con unos 38 usuarios.
“Contamos con seis profesionales un fisioterapeuta, un psicólogo, un especialista en Audición y Lenguaje, un maestro en pedagogía terapéutica (PT), una logopeda y una trabajadora Social”, explican para añadir que “está muy bien, pero siempre hacen falta más, como una administrativa, un técnico de Integración Social, una monitora”…
Al respecto, con un integrador social se podrían realizar más talleres, sin estar pendientes y depender de programas y subvenciones. De hecho, “tuvimos una persona contratada durante seis meses y vimos cómo avanzaron los niños. Hacían la compra, salían y entraban del centro…”.
También es necesaria la implantación de una Unidad de Día, como la existente en Cádiz y que está en manos de Afanas. Eso facilitaría la integración, la conciliación familiar y evitaría desplazamientos que se convierten en odiseas debido al estado de los autobuses. Hace escasos días hubo un accidente de tráfico, y el autobús se retrasó más de una hora. Eso sin tener en cuenta las averías. “El autobús es horroroso. Ellos están contentos en Afanas pero el transporte es lo peor”.
Además, es un servicio que “se podría dar desde aquí perfectamente y nos ahorraría dos o tres horas de autobús”
En la unidad de día, que sería un servicio también concertado, se atendería a personas mayores de 21 años y se ofrecería, como en la capital, talleres, ocio, actividades deportivas, etc…
“Muchos padres nos dicen que si se les garantiza que habrá una unidad de día, sus hijos vendrían al centro porque necesitan estabilidad. No pueden estar cambiando. Necesitan adaptarse. Aquí hay espacio para ello y aunque es complicado, es una necesidad real para que no se tengan que desplazar”, indican desde Avadis.
Hacen falta más voluntarios
Y entre las peticiones, una pequeña queja. “Necesitamos voluntarios. Contamos tan solo con dos personas. Es urgente, sobre todo para el desarrollo de los programas de ocio y tiempo libre. Solo hace falta tener ganas y sobre todo compromiso real”. Los interesados solo deben acudir a la sede, donde serán informados y en caso de acceder, se les registrará y se les dará de alta. Eso sí, si la idea es lograr una contraprestación o un contrato en el futuro, se equivocan. La idea debe ser ayudar y comprometerse con una labor que va más allá del dinero y el egoísmo. Ser voluntario es mucho más valioso y nadie se imagina las satisfacciones que genera.
Otro de los servicios que se ofrecen desde Avadis es el de Tiempo Libre y Ocio, destinado a niños y mayores y que se realiza los fines de semana con salidas al cine, a comer, a cenar, a la piscina, a campings, a la playa, a la sierra, a practicar deportes como el surf, todo de la mano de una monitora. Un servicio que ofrece también un respiro familiar que muchos padres y madres usan para juntarse y salir también mientras esperan la llegada de sus hijos.
Avadis cuenta con unos 30 socios colaboradores, que en realidad no son muchos, de ahí la necesidad de emprender campañas de captación de socios y también de voluntariado. Actualmente realizan las rifas, el calendario (que cumple 15 años), la venta de Lotería de Navidad y de polvorones, así como la venta de velas en la Noche de Velas y la organización de obras de teatro, algunas de la mano de Flick Flock Danza, en la que se quedan la recaudación de la taquilla del Cine San Francisco. “Lo que hemos dejado han sido las barras y la caseta de la feria. Es demasiado esfuerzo y hacen falta muchos voluntarios”.
Además, en julio se amplió la concesión del servicio de Atención Temprana licitado por la Junta hasta las 45 plazas, lo que conlleva una mejora en la financiación y mayor estabilidad. No en vano, comenzaron dos diez plazas y a base de esfuerzo han multiplicado por cuatro las mismas.
Un servicio también de prevención
Atención Temprana, recuerdan, “es un servicio también de prevención y quien crea que su hijo tiene un trastorno en el lenguaje o psicomotriz, le recomendamos que acuda directamente al pediatra. Es él el que hace la derivación al servicio de valoración y desde allí nos lo derivan a nosotros. Es un servicio gratuito del que se pueden beneficiar y que es dado por profesionales”.
Extraña que “no tengamos muchas derivaciones desde Pediatría. La mayoría nos llegan desde el colegio (tras pasar por el pediatra)… y es que imaginamos que en los centros los docentes tienen un contacto más estrecho con los alumnos. Por eso es necesario que los padres tomen conciencia de que no es un servicio solo para personas con discapacidad, también es de prevención”.
Hay que romper barreras. Dejar a un lado los prejuicios. Evidentemente se ha avanzado mucho en este aspecto, pero aún queda camino por recorrer. “Los que dieron el paso hace treinta años eran unos pioneros. Solo fueron cinco o seis padres, pero había más niños, el problema es que algunos no salían de casa. Había muchos tabúes. Ha mejorado muchísimo, así siguen habiendo muchos prejuicios. Conocemos a chavales que podrían estar aquí pero hay padres que dicen que sus hijos no van a ir a Avadis, cuando la ayuda que recibirían es brutal”.
Hace treinta años “cada padre hacía la guerra por su cuenta. Ahora nos apoyamos, nos reunimos. Cuando los niños salen de ocio, nosotros también. Antes era muy duro. Conocemos a personas que no salían. Incluso había quienes no querían llevar a sus hijos al colegio…”.
Inclusión laboral y proyectos
Otro aspecto destacable es la labor que realizan en pro de la inclusión laboral, siempre dependiendo de sus capacidades. Llevan a cabo prácticas en empresas, incluso han contado con contratos. Uno de sus alumnos es funcionario tras sacarse una oposición para el Servicio Andaluz de Salud.
De hecho existe un proyecto para medio y largo plazo como es del la instalación en los jardines de la sede de un huerto terapéutico. Un huerto que podría contar con la ayuda de los abuelos y abuelas de la localidad. En ello están trabajando, pero aunque parezca sencillo, cualquier iniciativa conlleva un gran esfuerzo. Ellas bien lo saben.
La Junta Directiva cuenta con unas cinco personas… “nadie quiere entrar”, explica María Ángeles, presidenta desde 2007 y que cree que “es necesario renovarse. Que entre gente nueva. Pero cuando viene alguien, se quita de en medio porque en realidad son muchas cosas las que hay que hacer, es mucho trabajo. Nosotras estamos aquí pero queremos que vengan más personas”.
Lamentablemente hay incluso quienes piensan que “cobramos un sueldo (risas). Todo lo contrario. Cuando no podemos pagar a una persona para que limpie, lo hacemos nosotras. Somos madres y con niños que en muchos casos son muy dependientes. Aún así entendemos que debemos ayudarnos las unas a las otras. Y ayudar a nuestros hijos”.
Y sí, es cierto, su labor es innegable. No tiene precio. Es sencillamente increíble. Solo hay que recordar que comenzaron en una habitación y ahora Avadis ofrece sus múltiples servicios a más de sesenta personas desde una sede digna y con profesionales contratados de forma permanente, lo que ayuda a dar esa estabilidad tan necesaria. De aquella habitación a esta sede, lo que ha hecho Avadis, sencillamente “es una maravilla”.
Una maravilla que se refleja en el rostro de felicidad que se observa en los usuarios que el pasado fin de semana estuvieron practicando surf inclusivo junto a los compañeros de Ahinco Conil, en la playa la Fontanilla, gracias también gracias a la colaboración e implicación de varias escuelas de surf y voluntarios, en una jornadas surferas impulsada por Anna Macci.