José Ortells no se prodiga en los medios de comunicación. Sin embargo, el presidente provincial de Vox, que acaba de cumplir dos años al frente del cargo, decidió por su cuenta y riesgo citar a los periodista en Rota el pasado martes 4 de octubre, 24 horas después de que trascendiera que la única concejala de la formación en el Pleno municipal, Esther Ceballos-Zúñiga, cursaba su baja del partido.
Ortells, ostensiblemente nervioso, cuestionó la labor de la edil, al asegurar que su trabajo “era nulo”, criticó que no devolviera el acta y, por último, valoró que Vox es un partido “organizado, cohesionado y disciplinado”.
Demasiado, según la hasta ahora concejal y otros representantes públicos, quienes lamentan que es preciso contar con el OK de la dirección nacional para presentar una moción en Pleno de carácter municipal o una reunión con algún colectivo local. Y la respuesta favorable puede tardar hasta dos semanas. Nada ni nadie se mueven sin el permiso de Tomás Fernández, vicesecretario de Organización de Santiago Abascal, y “sus hombres de negro”, con Jacobo Vázquez por estos lares.
La verticalidad en la toma de decisiones hace perder frescura a la iniciativa política, según indica José Manuel Martínez Ayala, otro de los ediles de Vox, este en Sanlúcar, que abandonó las filas del partido en 2020. “Cuando un proyecto municipal gira en torno a un líder municipal y se abandona la cercanía con los vecinos, como resultado obtienes la crisis que no solo sufre Cádiz, si no toda España”, argumenta, en relación a la marcha del 50% de los concejales obtenidos en 2019 en el conjunto del país y también en la provincia, donde, además de Ceballos-Zúñiga y Ayala, se han desvinculado del proyecto otros dos concejales, José Manuel Sánchez Guzmán, también en Rota, y Susana Candón, en Chiclana. Jorge Domínguez fue fulminado en Algeciras por falta grave. Solo continúan Carlos Zambrano y Ramón Paredes, en San Fernando; Juan Carlos Sanz y Leocadia Benavente, en El Puerto; y Antonio Gallardo, en Algeciras.
El último episodio ha preocupado a los máximos dirigentes por la cercanía de las elecciones y dados los frentes abiertos (con la destitución de Javier Ortega Smith, la rebelión de Macarena Olona y las guerras intestinas territoriales, en Cádiz, entre la dirección y la corriente liderada por Agustín Rosetty). La inquietud es tal que, según fuentes de la formación, la directora del Área Intermunicipal de Vox llamó directamente desde Madrid a Ceballos-Zúñiga para que reconsiderara su decisión, pero ésta respondió que era imposible volver a reconstruir puentes tras la rueda de prensa de Ortells.
La dificultad para encontrar nombres potentes para liderar las candidaturas municipales también ha encendido las alarmas. En la provincia, Vox se presentó en 18 localidades en 2019. Ahora, ha remitido listas en el 60% de las poblaciones, en torno a 27, pero no entusiasman a la dirección nacional, que teme que se imponga el voto útil, con fuerte arraigo y números uno más consolidados en sus pueblos y ciudades.
Además, los concejales que siguen en activo ignoran si continuarán o no y cunde el nerviosismo. Abascal ha postergado a mediados de noviembre la publicación de los candidatos para evitar la fuga de quienes sean excluidos. Sin embargo, es seguro que tengan competencia directa con España Suma, partido fundado julio de 2022, con Ayala al frente, que quiere funcionar con la libertad que no pudo disfrutar en Vox.
