Jaén Rugby supo sobreponerse a todo y a todos, incluso a ellos mismos, para conseguir una victoria de prestigio este sábado en el Valle del Arcipreste frente a C.R. Majadahonda. De prestigio por no dar nunca el partido por perdido, por la remontada, por el aguante físico, de prestigio por defender esos cuatro puntos de ventaja con una defensa tan fiera como ordenada. Ni las bajas pudieron con la fe en la victoria, la verdadera clave del triunfo. Al rugby se viene a sufrir, dentro y fuera del campo. Y el equipo jienense sufrió desde el minuto dos, cuando encajó el primer ensayo. En realidad empezó antes, con el profundo juego al pie de los locales, un rápido juego a la mano y su superioridad en las touches.
Con esas virtudes C.R. Majadahonda consiguió ponerse por delante 17 - 0 en 10 minutos. El primer zarpazo jiennense llegó tras el saque de centro y con las armas del rival. Una patada profunda, un saque lateral ganado y cuatro fases para que el capitán, Ulises Raya, anotara el primer ensayo de su equipo. Habían sido 15 minutos sin apenas pausa. Y los dos equipo la buscaron cruzando patadas. Había intentado Tato Camacho recortar la diferencia con un golpe de castigo desde medio campo, pero no lo consiguió. Es más, los majariegos volvieron a posar el oval en dos ocasiones más. 29-7 a los 22 minutos. Un golpe difícil de encajar. Pero este equipo es Jaén Rugby, buenos fajadores, buenos jugadores que sólo necesitan encontrarse para construir. Y llegaron esos minutos de buen juego, de fases encadenadas, la hora de percutir, de llevar el balón al ala, de la fe. Llegaron los dos ensayos de Santiago Mesropian y, entre ellos, un golpe pasado entre palos por Tato Camacho.
El descanso vino mal
La transformación de ese segundo ensayo, conseguido tras una gran jugada de Camacho –y un punto de fortuna-, llevó a los jugadores al descanso. En el marcador, 32 – 24, y llegó un descanso que frenó la progresión de Jaén Rugby en el marcador. En la reanudación, nuevo golpe al mentón de los jiennenses. Ensayo bajo palos de Guido Bruno, talonador de R.C. Majadahonda. Los locales habían frenado la remontada de los verde oliva y el partido se convirtió en un intercambio de “golpes”. Jaén Rugby con el oval en las manos dominaba el juego claramente, pero no, los saques laterales. Claro que, hay excepciones. Ganó una touch en el minuto 51 y Juan Castro anotó un nuevo ensayo. El ritmo frenético benefició al cuadro jienense que demostró su excelente condición física. En el 57 se puso un solo punto abajo con una brillante jugada, contraatacando tras recibir una patada rival, rompiendo por fuerza la cortina defensiva rojiazul, sacando rápido el balón de los rucks y anotando bajo palos.
Los hizo Tato Camacho encontrando el intervalo con maestría. Los últimos 20 minutos fueron de esos que te quitan días de vida. Jaén Rugby protegió su línea de ensayo con 39-38 en varias intentonas de su rival. Pero los locales volvieron a sacar provecho de un error de colocación de los jiennenses para anotar su sexto ensayo. De nuevo por debajo, 46-38, cuando casi habían alcanzado al rival. Cuando todo parecía decidido apareció la convicción, la confianza en el equipo. Penal touch, maul y ensayo de Fernando Gabba: 46-43. Jaén Rugby le daría la vuelta al marcador por primera vez en todo el partido en la jugada siguiente. Saliendo de 22 propia a base del empuje de los delanteros, de Doyle, de Cano, de Gabba, de Mesropian, pero fue la recepción de una patada defensiva, por parte de Manu González, la que acabó propiciando que Franco Scaldaferri posara sin oposición bajo palos: 46-50, con los dos puntos de la transformación.
De infarto
Los diez minutos finales se pueden resumir en los cuatro últimos. Minutos que se jugaron en los últimos cinco metros de campo jiennense que hay antes de su línea de ensayo. A los jugadores de C.R. Majadahonda les apodan ‘los rinos’ y con esa fuerza acometieron una, dos, cinco, seis veces la defensa jiennense. Pero esa defensa se convirtió en muro y allí murieron esos ataques hasta que Santiago Mesropian, el seis de Jaén Rugby, le robó el balón a sus contrincantes.