El fenómeno de la zambomba empieza a traspasar las fronteras de Jerez y su entorno más próximo, con el peligro que ello entraña de cara a la captación futura de visitantes.
El presidente del Clúster Turístico Destino Jerez, Antonio Mariscal, ha advertido ya de la amenaza que supone la organización de excursiones a establecimientos hoteleros de la provincia de Málaga en las que se ofertan paquetes completos en los que se incluye zambombas generalmente animadas por grupos y artistas diversos.
Ese formato de “excursiones concertadas” organizadas desde provincias limítrofes y con destino Jerez viene ya funcionando desde hace “varios años”.
El problema ahora es que se organizan programas similares que llevan a otros territorios andaluces, de ahí que Mariscal entienda más necesario que nunca reivindicar la esencia de la auténtica zambomba y promocionarla en el exterior.
Mariscal asegura que el fenómeno de la zambomba “cada vez provoca una mayor atracción” fuera de Jerez, pero admite que se trata todavía de un movimiento “básicamente local” que se nutre de las poblaciones limítrofes.
De ahí que reivindique “más promoción” en el exterior porque “da la sensación de que toda España conoce ya la zambomba de Jerez y eso no es así”.
“Se está exportando, pero el nivel de conocimiento es todavía bastante moderado”, apunta. De ahí que sea posible que industrias turísticas tan potentes como la de la Costa del Sol terminen aprovechándose de esta circunstancia.
Para evitarlo se antoja imprescindible “intentar mantener los valores sobre los que se asienta la zambomba de Jerez como Bien de Interés Cultural, así como sus elementos diferenciales”, algo que en primer lugar requiere de un mayor control sobre todo aquello cuanto se organiza en la ciudad, así como de una promoción posterior.
Más allá del manido debate sobre si esta fiesta “ha degenerado” y se ha convertido en un fenómeno meramente “mercantilista”, lo que sí tiene claro Mariscal es la existencia de un número creciente de zambombas organizadas “entre amigos y en el propio ámbito familiar, sin micrófonos ni artistas” que sí preservan esa esencia que es imprescindible trasladar al exterior si se quiere ofrecer un producto diferenciado al que ya se está ofertando en otras provincias.
Pero lo que resulta indudable es que “lo que se puede organizar en Málaga son meros espectáculos”, mientras que en Jerez todavía es posible “que los propios asistentes participen en la fiesta”, que en definitiva es “lo que hay que vender” en el exterior.
El presidente del Clúster Turístico Destino Jerez, confirma por otra parte lo que se venía avanzando desde hace ya varias semanas, y es que la hostelería “está a tope” de cara a la temporada de zambombas y resulta ya prácticamente imposible encontrar plaza para almorzar o cenar en los negocios del centro de la ciudad.
“Hay muchas ganas de disfrutar a pesar de la inflación y del aumento de los precios, pero a pesar de eso en el centro histórico ya es imposible reservar mesa”, subraya, aunque sigue abogando por trabajar para atraer más turismo y propiciar que el fenómeno beneficie realmente a todo el sector y no únicamente a los bares o restaurantes.
Sea como fuere –y a pesar de ese llamamiento a la promoción exterior- lo cierto es que el sector tiene “bastante confianza” en cerrar “un buen año”.
Los meses de septiembre y octubre se cerraron con buenos resultados en lo que a pernoctaciones hoteleras se refiere y noviembre “va bien” a pesar de ser un periodo del ejercicio que suele quedarse “en tierra de nadie”.
Todo ello “a pesar de las incertidumbres” que viene padeciendo el sector desde la irrupción de la crisis sanitaria, a la que posteriormente se han sumado otros fenómenos de carácter económico que no contribuyen a su recuperación definitiva.
