La norma, atascada desde hace 13 años y que nunca ha salido adelante antes de que expirara la legislatura debido a las pasiones que levanta, fue aprobada por 186 senadores y tan sólo uno votó en contra, ya que muchos de los que se mostraron contrarios no se hallaban en el hemiciclo en el momento de la votación.
La ley, que implica una enmienda inconstitucional, aún tiene que pasar por la Cámara Baja (Lok Sabha) para entrar en vigor, pero la votación de ayer no arroja dudas sobre su aprobación en la Cámara Baja.
Tanto el gobernante Partido del Congreso como el principal partido de la oposición, el conservador hinduista Bharatiya Janata Party y otras formaciones como el Partido Comunista defendieron la norma en el debate.
Pero la tumultuosa sesión parlamentaria de ayer dio una idea de por qué la ley ha estado 13 años en el limbo y del volátil carácter de algunos legisladores indios, que en los últimos años han protagonizado bochornos como enseñar en el hemiciclo un fajo de billetes para denunciar que algunos votos habían sido comprados.
Ayer la práctica totalidad de la sala estaba a favor del texto pero ello no evitó que senadores de los partidos que defienden a las castas bajas y las minorías desfavorecidas organizaran una monumental bronca desde que el texto fue presentado por el presidente del Senado, Hamid Ansari.
Entregados a su causa, sus señorías cantaron repetidamente al unísono eslóganes como “Retirad la ley” o “Cuotas para mujeres musulmanas”, que eclipsaron la esforzada voz de Ansari.
Las televisiones mostraron a la plana mayor del Gobierno, que acudió al pleno con el primer ministro, Manmohan Singh, a la cabeza, aguantando con grandes dosis de estoicismo y estupor los cánticos, sin ni tan siquiera girarse para reprender a los alborotadores.
Tras unos momentos críticos en los que la sesión corría el riesgo de posponerse de nuevo y un senador profería gritos histéricos durante varios minutos hasta la afonía, la situación se recondujo cuando los agitados senadores fueron acompañados por los guardas a la salida.
Coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, estaba prevista la aprobación de la norma, pero los opositores armaron otra bronca y llegaron a arrebatarle el texto de la ley a Ansari y hacerlo añicos en su cara.
Estos legisladores reclaman una “subcuota” para mujeres de las castas y grupos minoritarios a los que representan, aunque su excitado comportamiento siembra dudas sobre si su cólera no se debe a argumentos menos sofisticados.