La operación Java, coordinada por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, ha supuesto el arresto de 15 integrantes de la mafia en la provincia de Barcelona, entre ellos, Kakhaber Shushanasvili, uno de los cabecillas de la banda, que tenía Cataluña como principal centro de operaciones.
La Policía Nacional ha detenido a otras cuatro personas en la Comunidad Valenciana, y a una persona más en Guadalajara, mientras que la Ertzaintza ha arrestado a cuatro integrantes de la red mafiosa en el País Vasco, el contable de la organización, su pareja, y dos elementos “importantes” de la banda.
En el dispositivo han participado decenas de agentes de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional, de los Mossos d’Esquadra y de la Ertzaintza.
Fuera de España, la operación se ha desarrollado fundamentalmente en Austria, Alemania y Suiza, Francia e Italia, donde se han llevado a cabo investigaciones independientes coordinadas por la Fiscalía Anticorrupción española.
Las 24 personas arrestadas en España, la mayoría de origen georgiano, trabajaban en negocios “aparentemente legales” que actuaban de tapadera y servían para blanquear el dinero negro procedente de negocios ilegales abiertos en el resto de Europa.
Los detenidos están acusados de asociación ilícita, blanqueo de capitales, coacciones, extorsiones, tráfico de drogas y tenencia de armas, aunque la imputación final podría incluir también el delito de conspiración para el asesinato.
Entre los detenidos por la Ertzaintza en la localidad vizcaína de Getxo, se encuentra el contable de la organización mafiosa, que también se dedicaba a cobrar un “impuesto” a otras bandas criminales de menor rango a cambio de permitirles actuar en su territorio.
El contable “fiscalizaba” desde Getxo estos pagos y el resto de ingresos de la banda mafiosa, integrada en su mayoría por ciudadanos de origen georgiano.
En el domicilio del contable la Policía Autónoma Vasca ha intervenido abundante documentación sobre la actividad de la mafia ruso-georgiana en España, que ahora está siendo analizada.
La operación de ayer contra la mafia ruso-georgiana es la tercera de gran envergadura que se produce en España contra este tipo de delincuencia desde el año 2000, tras la operación Avispa y Troika, que superan el centenar de personas detenidas.
Precisamente, doce supuestos miembros de la mafia del Este detenidos en el marco de la operación Avispa continúan a la espera de que la Audiencia Nacional dicte sentencia tras haber sido juzgados el pasado noviembre.
Entre ellos se encuentra el presunto líder de la organización criminal, Zakhar Kniazevich Kalashov, que desde el pasado 2 de marzo se encuentra en libertad bajo fianza de 300.000 euros –decisión que ha recurrido la Fiscalía Anticorrupción– y que estaba preso desde que fue detenido en mayo de 2006 en Dubai y posteriormente extraditado a España.
Preguntada por este último golpe policial, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha subrayado que este tipo de operaciones son la demostración de la “política firme” del Gobierno en la lucha contra la delincuencia organizada.
Fernández de la Vega ha atribuido la operación al buen trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a la cooperación internacional y ha recalcado que combatir la delincuencia organizada es una prioridad del Ejecutivo.
Se espera que los detenidos en España en el marco de la operación Java presten declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska a lo largo de esta semana.