Sales a la calle y ves a mucha gente vapeando, sobre todo jóvenes de aproximadamente 13 años, en adelante. Es la nueva moda y no son conscientes de que es tan perjudicial como el tabaco.
El vaper no es vapor, es un aerosol de diminutas partículas y entre sus ingredientes más comunes se encuentran:
- Nicotina, la cual tiene efecto en el desarrollo neuronal de los adolescentes, además de causar adicción y ser futuros consumidores de tabaco.
- Propilenglicol y /o glicerina vegetal, que son sustancias para producir niebla escénica o teatral. Se ha descubierto que aumenta la irritación pulmonar y de las vías respiratorias.
- Compuestos orgánicos volátiles que a corto plazo producen irritación en ojos, nariz y garganta, dolores de cabeza y náuseas; y a largo plazo pueden causar daño al hígado, riñón y el sistema nervioso.
El aerosol se inhala y llega a los pulmones, desde donde la nicotina y los químicos pasan al torrente sanguíneo. Por ello, los expertos no recomiendan su uso y si lo hacen, no más de 20-30 ml. por día.
Muchos diréis que consumís la versión sin nicotina, pero siento deciros que pueden ser iguales o más tóxicos que los que llevan nicotina. Resulta dañino para la circulación sanguínea e, incluso, pueden provocar un ataque al corazón o un derrame cerebral. Estos datos son en base al estudio realizado por la Universidad de Pensilvania.
Afecta a las células de personas no fumadoras jóvenes y sanas, además de suponer un mayor riesgo de sufrir problemas de concentración y memoria. En chic@s de 13 años ocasionan infecciones como la neumonía, huesos más débiles, mayor riesgo de diabetes y problemas en la piel como psoriasis. Vapear 30 minutos hace que aumente significativamente el estrés oxidativo.
Lo que me preocupa como madre es que solo pueden adquirirlo mayores de 18 años, pero son muchos niñ@s consumidores de los mismos… Hay que recordar que no por ser vapor es inofensivo.
