Justo un año después de la publicación de “Una palabra bajo los álamos”, Jorge Romero Aranda vuelve con una nueva novela. Se trata de "La última matrioska", cuya presentación tendrá lugar en el Aula Magna de Capuchinos, el próximoa 15 de diciembre, a partir de las 20 horas. Lo entrevistamos con motivo de su nueva obra.
En esta ocasión viajamos al Museo del Prado, y nos propones una historia en la que el viaje en el tiempo es uno de los ejes de la narración. Sí, me apetecía escribir una novela en la que el paso de una época a otra fuese una herramienta con la que poder atrapar al lector, mostrándole en ambas épocas el argumento verdadero. Elegí el año 2016 y la época victoriana, concretamente el año 1851. 2016 porque aún no habíamos sufrido la pandemia, evitando así tener que tratar un tema que no me apetecía. Y la época victoriana porque es una etapa con un marcado peso histórico en todos los campos.
¿Si tomamos como referencia “¿Una palabra bajo los álamos”, estamos ante dos novelas de corte muy diferente? Totalmente diferente. En “Una palabra bajo los álamos” plasmaba la historia de un joven de un pueblo de montaña al que le tocó vivir la guerra civil española. La última matrioska es una novela que intenta acompañar al lector entre esas dos etapas de la historia, entremezclando la trama principal con otros argumentos secundarios que se van enlazando de tal forma que acaban formando una novela, creo que compacta y entretenida.
Vuelves a apostar por El Ojo de Poe para esta edición. ¿Qué destacarías del trabajo que está haciendo la editorial alcalaína? Me gusta esta editorial porque cuida la calidad en sus ediciones. Es un lujo y un placer contar con ellos para esta nueva publicación en la que han puesto de su parte mucho más de lo que cabe esperar, ya que con la crisis del papel a causa de los acontecimientos que estamos viviendo, resulta cada vez más costoso editar un libro con el nivel de calidad que ellos tienen.
Para finalizar, sigues involucrado en el proyecto de Pansélinos. En los tiempos que corren, ¿está siendo difícil mantener vivo y coleando un proyecto como el de esta revista digital? Sí seguimos en la brecha, gracias sobre todo al trabajo ingente de Alfredo Luque. La verdad sí que es difícil y lo que más nos sorprende es que a pesar de la cantidad de seguidores que tiene la revista, sin embargo, no nos llegan las colaboraciones que se supone deberían llegar, teniendo en cuenta que es un proyecto totalmente altruista en el que las colaboraciones se publican sin ningún tipo de gasto para el autor.
