Los bares y restaurantes de Huelva están inmersos de lleno en la campaña de Navidad. La afrontan con una sensación agridulce porque, a pesar de tener sus salones a rebosar de comensales, no pueden precisar en qué grado afectará la inflación a la cuenta de resultados.
Según ha explicado a Viva Huelva Francisco Muño, secretario de la Asociación Provincial de Bares, Restaurantes y Cafeterías de Huelva (Bareca), integrada en la Federación Onubense de Empresarios, las reservas están “prácticamente completas” durante los fines de semana desde el pasado Black Friday y se mantendrán así hasta el día de Reyes.
“Encontrar una mesa para diez personas es muy complicado en estos momentos”, indica Muñoz, apuntando que el fin de semana del 16 y 17 de diciembre es la fecha estrella en el calendario festivo de este año. “Para esos días resulta prácticamente imposible hacer una reserva”, indica.
Las ganas de celebrar son tantas que las comidas de Navidad, ya sean de empresa, familiares o de grupos de amigos, ya no se limitan al fin de semana. “Hay mucha gente que opta por hacer sus comidas en días laborables, como martes o miércoles”, explica Muñoz.
Para lo hosteleros onubenses resulta especialmente satisfactorio poder colgar el cartel de completo teniendo en cuenta lo difíciles que resultaron para ellos las dos anteriores campañas, marcadas por la pandemia. “El año pasado teníamos unas expectativas muy buenas, con las agendas llenas desde noviembre pero después llegó Omicron y empezaron a anularse reservas, fue algo devastador”, recuerda Muñoz.
Para los bares y restaurantes poder cerrar unas buenas cuentas en Navidad resulta fundamental porque, apunta el secretario de Bareca, estas fiestas suponen “entre el 18 y el 20% de la facturación bruta anual”.
Sin embargo, aunque el panorama de este año se presenta “muy positivo” en cuanto a reservas, los hosteleros no pueden lanzar las campañas al vuelo. En este sentido, Muñoz explica que están atravesando un “momento de gran incertidumbre” por la inflación. En los últimos meses, explica, “los costes se han disparado”.
La escalada de precios afecta a suministros como el agua, el gas y las compras de alimentación y bebidas y, sobre todas las cosas, a la luz. “La luz ha subido un 50%”, explica el secretario de Bareca, asegurando que este incremento les está haciendo “un daño brutal”.
Los hosteleros no pueden valorar aún en qué medida afectará la inflación a su rentabilidad pero tienen claro que “muchos restaurantes no están reflejando en sus precios” la subida real de costes. “Si una comida lleva un mes reservada no podemos incrementarle el precio después”, señala.
Ante este panorama, Bareca reclama apoyo público. “Necesitamos que las administraciones saquen ayudas que nos permitan lidiar con esto porque no sabemos cuándo va a acabar esta situación”, indica.
Los hosteleros recuerdan que la inflación no solo les afecta de forma directa en costes de producción sino que supone “una paralización del consumo”. De momento, dice Muñoz, las reservas no decaen pero sí se nota la pérdida de poder adquisitivo. “El cliente sigue saliendo pero si antes se gastaba 50 euros ahora tendrá que ajustarse con 20”, indica.
Para poder bregar en un entorno hostil los hosteleros onubenses aseguran contar con una baza, que se encuentra en sus cocinas. “Huelva es la mejor despensa de España”, garantiza Muñoz.