El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, considera que las subidas de 50 puntos básicos de los tipos de interés, como la anunciada la semana pasada por la institución, pueden convertirse en la "nueva norma" de la entidad durante un periodo de tiempo hasta que las tasas entren en territorio restrictivo.
"Los aumentos de 50 puntos básicos pueden convertirse en la nueva norma a corto plazo", afirma Guindos en una entrevista con el periódico francés 'Le Monde', donde advierte de que puede esperarse que el BCE siga incrementando los tipos de interés a este ritmo "durante un período de tiempo" llevando las tasas hasta territorio restrictivo.
"Los pasos que hemos tomado hasta ahora van a tener un impacto en la inflación, pero aún tenemos que hacer más", ha subrayado el exministro español de Economía, después de que el BCE haya elevado el precio del dinero en 250 puntos básicos desde el pasado mes de julio.
En este sentido, a pesar de los temores de un agravamiento de la debilidad económica que incluso puede arrastrar a una recesión suave durante el invierno a la zona euro, Guindos recuerda que el mandato del BCE no deja alternativa a la institución. "No tenemos otra opción", recuerda, para advertir de que si no se controla la inflación "será imposible que la economía rebote".
En cuanto a las proyecciones macroeconómicas para la eurozona, el español reconoce que las indicaciones para el cuarto trimestre de 2022 sugieren que tal vez se haya entrado ligeramente en territorio negativo, con la expectativa de que el PIB caiga un 0,2%.
"Los indicadores adelantados que tenemos no son buenos. Por lo tanto, nuestras proyecciones esperan que la zona del euro caiga en una recesión leve en el último trimestre de este año y en el primer trimestre de 2023, cuando se espera que el PIB se contraiga un 0,1%", apunta.
En el caso de la inflación, Guindos opina que en los próximos dos o tres meses seguirá alrededor del nivel actual y en el segundo trimestre de 2023 se moderará hasta rondar el 7% a mediados de año, aún claramente por encima de la meta de estabilidad del 2% a medio plazo. "No tenemos más remedio que actuar", defiende.
En sus últimas proyecciones, el BCE situó la tasa de inflación para 2023 en el 6,3% para 2023, frente al 5,5% que esperaba anteriormente, mientras que en 2024 prevé que aún sea del 3,4%, frente al 2,3% que estimaba en septiembre.
De este modo, el vicepresidente del BCE reitera que una de las cuestiones principales en la lucha contra la inflación es que la institución mantenga su credibilidad para que los hogares no demanden subidas aún mayores de salarios.
En este sentido, Guindos considera normal que los salarios se estén poniendo al día y destaca que de momento no se aprecia una espiral alcista entre precios y salarios, por lo que es importante que el BCE mantenga su credibilidad para que las expectativas de inflación continúen ancladas.
"Si los hogares empiezan a pensar que el BCE no está haciendo lo suficiente y esperan que la inflación sea del 7% o del 8% en los próximos tres años, pedirían un aumento salarial del 7% o del 8%, lo que desencadenaría la espiral. Esto significaría que habríamos perdido nuestra credibilidad", sostiene.
No obstante, advierte de que empieza a detectarse un incremento de convenios indexados a la inflación, como apuntan las cifras del Banco de España, que muestran que el 25% de los nuevos convenios salariales ahora están indexados a la inflación. "Hace un año apenas había, por lo que es una tendencia al alza", señala.