“La política de represalias de Israel es firme y decidida. Está política es bien conocida y continuará. Hamás y el resto de organizaciones terroristas tienen que saber que serán los únicos responsables de sus propias acciones”, dijo Netanyahu.
El jefe del Ejecutivo y líder del partido derechista Likud recordó que Israel “responderá con decisión contra todo ataque” a sus ciudadanos y soldados.
Las palabras de Netanyahu al inicio del consejo de ministros llegan un par de días después de que dos soldados israelíes y otros tantos milicianos palestinos murieran en un intenso intercambio de fuego en la frontera sudeste de Israel con Gaza.
El brazo armado del movimiento islamista Hamas, las Brigadas de Azedín al Kasem, reivindicó la acción, que comenzó cuando los milicianos trataban de colocar explosivos junto a la barrera que separa Gaza de Israel, vigilada por soldados israelíes.
El incidente, que dejó un equilibrio de víctimas poco habitual, ha llevado al ministro israelí de Finanzas, Yuval Steinitz, a sugerir hoy en los micrófonos de la radio pública del país la necesidad de que el Ejército israelí regrese de forma permanente a la franja palestina, evacuada de soldados y colonos judíos en 2005 por el Gobierno de Ariel Sharon en una decisión unilateral.
“Israel no permitirá que Hamás se arme con misiles de largo alcance”, dijo Steinitz para defender una reocupación militar de la franja destinada a derrocar al Gobierno del movimiento islamista.
Por otro lado, los líderes de la Liga Árabe insistieron ayer en rechazar cualquier negociación con Israel mientras este país continúe construyendo asentamientos en Jerusalén, aunque dejaron la puerta abierta a una eventual reanudación del proceso de paz.
Estas fueron las conclusiones de la vigésimo segunda cumbre de la Liga Árabe, que comenzó el sábado y concluyó ayer en Libia.