El helicóptero 'Cougar' en que viajaba Moncayo con la senadora Piedad Córdoba, monseñor Leonardo Gómez, personal de la Cruz Roja y el resto de la delegación que fue a recogerle al lugar pactado con las FARC aterrizó en el aeropuerto Gustavo Anturdiaga Paredes de Florencia a las 5.35 hora local (00.35 hora peninsular española), donde el militar recientemente liberado pudo reunirse con sus familiares.
Nada más apearse de la aeronave la madre de Moncayo corrió a toda velocidad hacia su hijo, con quien se fundió en un largo abrazo. Lo mismo hicieron el resto de sus familiares, incluido su padre, que durante años ha protagonizado protestas para lograr la liberación de su hijo, y la hermana pequeña del cabo, de cinco años, a la que no tuvo ocasión de conocer hasta hoy. Todos ellos entregaron claveles blancos al militar liberado.
En sus primeras declaraciones tras su liberación, Moncayo afirmó que había soportado todas las penurias de sus doce años de secuestro por "el amor a mi pueblo colombiano", y dijo sentir "orgullo" por vestir su uniforme de militar del Ejército colombiano. También se refirió a sus compañeros secuestrados Libio José Martínez y Carlos Duarte, que le pidieron que enviara un mensaje en su nombre para que se logre su pronta liberación, ya que sus vidas "corren peligro".
El militar mostró su agradecimiento a sus familiares, a los líderes políticos que colaboraron en el proceso de su liberación y a los periodistas que colaboraron para que los menajes de los familiares les llegaran a los secuestrados.
Moncayo mencionó, entre otros, "a la incansable Piedad Córdoba", al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y al presidente de Brasil, Inazio Lula da Silva, aunque en ningún momento mencionó al presidente de Colombia, Álvaro Uribe.
Preguntado sobre las FARC, Moncayo se mostró esquivo. "Lo que yo diga sobre las FARC en nada va a cambiar la historia de Colombia", afirmó, añadiendo que la guerrilla es una "realidad" en Colombia que no se puede ignorar "pese a que algunos se empeñen en hacerlo".
En el aeropuerto el cabo Moncayo fue saludado además por militares del Ejército colombiano allí presentes. Por otro lado, fue en estas mismas instalaciones donde se le sometió a un chequeo médico.
La única nota que deslució la alegría de la jornada fue la polémica en torno a las imágenes de la liberación de Moncayo en la selva colombiana, donde aparecían efectivos de las FARC y los miembros de la delegación que iba a rescatarle, y que fueron difundidas por el canal TeleSur.
Este hecho provocó la protesta del Gobierno colombiano, que lo considera un quebrantamiento del protocolo de liberación acordado con las FARC. Córdoba afirmó que en ningún momento vio las cámaras de este canal, y de cualquier modo le quitó importancia al asunto.
"Me parece injusto que terminemos los dos (en referencia a monseñor Gómez) como los malos del paseo, después de haber hecho este esfuerzo tan grande", afirmó Córdoba. "Dejemos de polemizar con estas cosas y alegrémonos por la liberación", la respaldó el religioso, informan medios locales.
La senadora, que afirmó que la aeronave había realizado dos escalas entes de aterrizar en el mencionado aeropuerto, se mostró pletórica tras la liberación de Moncayo. "¡Que alegría! ¡Que esfuerzo tan grande! ¡Aterrizamos!", afirmó en su cuenta de Twitter, en la que luego añadió: "Ya está hecha la tarea. Aquí está libre Moncayo. ¡Gracias a Brasil!".
El cadáver de Guevara
Por otro lado, la senadora leyó un comunicado de las FARC donde afirmaba que habían cumplido con los términos de la liberación. Además, una colaboradora de Córdoba reveló que a la senadora le fueron entregadas las coordenadas del lugar donde se encuentran los restos mortales del mayor de Policía Julián Guevara.
Sin embargo, esta colaboradora no pudo precisar las condiciones que ha impuesto la guerrilla para hacer efectiva la entrega del cadáver.
Las FARC se comprometieron a entregar los restos mortales de Guevara el año pasado junto al militar secuestrado Josué Daniel Calvo, liberado el domingo. Pero la entrega finalmente no se produjo, ya que las FARC afirmaron que el lugar donde ésta iba a producirse estaba ocupada por el Ejército colombiano.
El caso de Moncayo
Pablo Emilio Moncayo, cabo primero del Ejército, fue secuestrado el 21 de diciembre de 1997, cuando a sus 19 años custodiaba la base de comunicaciones del cerro de Patascoy, en el departamento de Nariño (sur de Colombia), durante un cruento ataque de las FARC en el que perecieron al menos 10 guerrilleros.
En esa emboscada también fue privado de su libertad el cabo segundo Libio José Martínez Estrada y otros 16 soldados que ya fueron liberados en otros procesos, la mayoría en junio de 2001. Pablo Emilio y Libio José son los uniformados que tienen más tiempo en poder de la guerrilla.
Desde entonces, su padre, el profesor Gustavo Moncayo, se ha dedicado a realizar largas caminatas para exigir a las FARC su liberación y para pedir una salida negociada al conflicto a los dos presidentes que gobernaron Colombia durante el cautiverio de su hijo.
En su primer recorrido, 'el caminante por la paz' caminó más de 900 kilómetros en 46 días con las manos y los pies encadenadas, desde su ciudad natal, Sandoná, en el departamento de Nariño (suroeste), hasta Bogotá (centro).
Pablo Emilio formaba parte del grupo secuestrados --reducido ahora a 22-- conformado exclusivamente por uniformados que las FARC pretenden intercambiar por guerrilleros presos, en el marco de un eventual canje humanitario al que el mandatario colombiano, Álvaro Uribe, dio su visto bueno este fin de semana de manera sorpresiva.