El baloncesto ha recobrado todo su sentido de la euforia en la presente temporada gracias al resurgir del Unicaja, hasta el momento en tierra de nadie. Después de confirmar la clasificación matemática para la Copa del Rey, ganando al Brogán de manera sublime por 100 a 66, Ibon Navarro se sentó en rueda de prensa y dijo: “Lo más interesante de hoy es el dato de arriba a la derecha (refiriéndose a la ficha técnica del partido”, ese que indica los 9.298 espectadores que han venido al Carpena”.
El renacimiento del club se ve reflejado mirando a las gradas de su Palacio: durante la primera vuelta, el Unicaja ha promediado 8.166 personas por partido, un dato maravilloso teniendo en cuenta que el año pasado hubo partidos de liga donde no se llegó ni a los cuatro mil.
El pico se vivió contra el Real Madrid, con 10.602 almas, y el día que menos gente hubo fue en la primera jornada en casa contra el Gran Canaria ( 6.232 ). Los derbis andaluces han sido días de atmósfera envidiable: contra el Betis se llegó a los 8.030 espectadores y contra el Covirán Granada, gracias también al masivo desplazamiento de los aficionados vecinos, entraron 9.107 personas.
Los fieles de cada temporada, los que estaban rezagados a la espera de una ola de positivismo y victorias y nuevos curiosos, desde niños a mayores. El Unicaja no sólo está haciendo un baloncesto disfrutón, sino que ha devuelto las ganas a los suyos.
