Así lo anunció ayer Távora en una rueda de prensa en Sevilla, en la que ha señalado su intención de representar la nueva Carmen en las plazas de toros del país hasta llegar a las 140 galas, una vez se celebre la primera función en la plaza de toros de Barcelona, prevista para el 5 de junio.
“Esta obra está inmunizada contra cualquier prohibición”, ha sentenciado el dramaturgo, que ha explicado que en esta ocasión la lidia del toro por rejoneo ha sido sustituida por un espectáculo de recortadores que “jugarán con el toro a cuerpo limpio”.
Távora ha asegurado que este ritual taurino, con el que se pretende volver a los orígenes mediterráneos de los juegos cretenses, “no sólo no violenta” al animal, sino que “embellece su figura” y “sublima su belleza”.
Asimismo, ha apuntado la conveniencia de llevar a Barcelona esta opereta “en el momento actual, cuando estas cosas se están poniendo en cuestión, para cuestionar también el intento del Parlamento catalán de prohibir las corridas de toros”.
En este sentido, ha considerado la recuperación de los juegos taurinos ancestrales en los que no se derramaba la sangre del toro y que refleja la obra como “una propuesta que va un paso más allá” de las actuales corridas.