Es el mismo relato de siempre al que se le acaban las páginas y el pánico crece. Al Málaga de Pellicer le quedan 17 etapas para la vida o la muerte, sin término medio. Están siendo días de ruido externo: el adiós de Manolo Gaspar, los fichajes que pudieron ser y no fueron, la administración judicial en entredicho... cosas que quedarán en segundo plano si la pelotita entra este viernes (21.00 horas) contra el Real Oviedo. El equipo sigue antepenúltimo a cuatro puntos de la permanencia y recibe un Oviedo que tiene nueve puntos mas que su rival y que no quiere ser el invitado de piedra.
Lo entrena un experto en mantener a su equipo ordenado como es Álvaro Cervera, al que conoce bien Pellicer. “Sabemos que el Oviedo es un equipo muy reconocible desde que cambiaron de técnico (Cervera por el destituido Jon Pérez 'Bolo'), que quieren hacer el partido largo, áspero, jugar con la ansiedad”, analizaba el castellonense.
El entrenador castellonense pidió al malaguismo que acuda al estadio “porque va a ser una batalla de resistencia a nivel físico y táctico”, en la que su equipo va a “pelear y resistir hasta la última gota” después de que ya se vieran “pasos adelante en Gijón”. El Fondo Sur ha comunicado que sí animará finalmente y el club lleva bien la promoción de entradas baratas. Todo suma para crear una caldera que ayude.
Para el choque seguirán de baja por lesión Juande Rivas, el delantero argentino Pablo Chavarría y los centrocampistas Genaro y Escassi, y a ellos se une por sanción el mediocentro senegalés Alfred Ndiaye. La novedad en positivo será la del centrocampista Fran Villalba, que no pudo enfrentarse al Sporting la pasada semana al tener una cláusula en su contrato que lo impedía por estar cedido por el club gijonés.
Pellicer, que no posee en la plantilla en estos momentos un jugador específico de corte defensivo en el centro del campo, tendrá que buscar un recambio a Ndiaye, Genaro y Escassi, que suelen hacer esa función, por lo que Luis Muñoz apunta a titular, al igual que Febas, que fue de lo mejor del partido en Gijón aunque partiera desde el banquillo.
El pique lo ponen Juanfran y Bastón
Oviedo visita al Málaga a sabiendas de las urgencias del rival y de la necesidad propia de retomar la senda de los puntos tras el pinchazo en el Tartiere. Los de Cervera van al templo malaguista con dos ex miembros del plantel que no recibieran aplausos, sino pitos por parte de la afición: son Juanfran y Borja Bastón. El lateral malaguista, que se marchó sin pena ni gloria y con malas palabras hacia el club, tan solo ha disputado nueve minutos (ante el Huesca) desde que llegó a tierras ovetenses.
El conjunto carbayón necesita sumar tres puntos fuera de casa, algo que no logra desde el 30 de noviembre en Tenerife, y más aún si cabe esta semana después de haber perdido por primera vez en casa desde que Cervera llegase al banquillo oviedista.
Respecto al once hay un regreso seguro, el de Luismi en el lugar de Mángel tras haber cumplido sanción por la roja vista en El Alcoraz, y varias dudas de mediocampo en adelante.
Por un lado, ya sin Obeng, las opciones para acompañar a Bastón pasan por otro delantero puro como Sergi Enrich o por las variables de Koba Lein -titular en las dos últimas jornadas- o el recién llegado Manu Vallejo, petición expresa de Cervera en este mercado invernal.