¡Vamos Rafa, que te están esperando para jugar el partido, que va a empezar ya. ¿Sabes quién va a jugar?”. “El Cádiz”, respondía, nervioso, quien sin saberlo iba a convertirse en cuestión de segundos en el gran protagonista de la tarde. No podía ser otro que Rafa, el niño gaditano de 10 años al que el pasado 26 de enero los invitados a su fiesta de cumpleaños le dieron plantón, tal y como relató su madre Laura en su perfil de Facebook sin ocultar su tristeza por lo ocurrido.
Ataviado con su equipación del Real Madrid con el número 22 de Di María, y acompañado por sus padres, su hermana pequeña y su tía, no podía ni imaginarse la celebración que tenía por delante. En las instalaciones deportivas de Elcano le esperaban decenas de niños que aguardaban impacientes su llegada para celebrar su cumpleaños. La particularidad de esta fiesta sorpresa tan multitudinaria residía en que ni el cumpleañero conocía a sus invitados, ni sus invitados al anfitrión. Es lo que tiene la magia de las redes sociales cuando sacan su lado más amable.
Ayer todos querían ser Rafa y él no se lo podía creer. Todos le cantaban felicidades al unísono y le esperaban con multitud de globos, algunos también del Real Madrid, el club del que es seguidor. “Felicidades Rafa, esta fiesta es para ti por tu cumpleaños”, le decía Pepe Caucelo, el gaditano que contactó con la progenitora del pequeño y difundió su publicación.
Rápidamente la maquinaria se puso en marcha con una iniciativa conjunta de los equipos Ciudad de Cádiz Gaditana, Lagunense, Fermín Salvochea, Mentidero, entre otros. El fútbol base de Cádiz se volcó una vez más y todos los niños le hicieron el pasillo a Rafa nada más llegar y ponerse su banda verde con balones de fútbol por derecho. Casi no podía articular palabras. “Ese Rafa, oe, ese Rafa, oe...”, le cantaban mientras él avanzaba tan feliz como nervioso. “Es el mejor cumpleaños de mi vida”, contaba, ya más tranquilo después de haber apagado las velas, ahora sí, mucho más acompañado, en una tarta con forma de campo de fútbol y rodeado de globos y regalos, entre los que no faltaron vídeos de los jugadores del Cádiz CF felicitándole, además de un balón y una camiseta firmada. No sabemos quién estaba más contento, si él o su madre, Laura, que no podía evitar emocionarse en varios momentos de la fiesta sorpresa. Esta vez lloraba de alegría. “Yo lo conté en Facebook sin maldad, porque me fallaron”, explicaba ayer en clara alusión a los invitados que no se presentaron a la fiesta de su niño. Pero eso ya es historia y ahora Rafa recordará siempre su décimo aniversario, pero para bien.