El grado de crispación se elevó cuando el presidente entró en una animada bronca con Mercedes Colombo sobre sus conflictos judiciales, y acusó a la portavoz popular de “promover la persecución policial de los trabajadores de Diputación con sus denuncias”. La diputada contestó que “eso es mentira, y va a ir a los juzgados otra vez por decir eso”, una acusación que Cabaña resolvió afirmando “sí, creo que la Policía me está esperando en la calle para llevarme esposado”.
La tensión prosiguió, con comentarios que el propio González Cabaña dirigía a su grupo en medio del debate plenario para descalificar a la oposición. Las protestas de los populares desembocaron en que el presidente instó a su grupo a que no entraran más a debatir y se limitaran a votar, tal y como se hizo. “No se merecen mis respetos políticos”, argumentó.