En su homilía, ante una iglesia repleta de personas, el número dos del Vaticano subrayó que Tous es un ejemplo de fidelidad y “nos invita a todos a vivir esta fidelidad a Cristo, nuestro Buen Pastor, en el momento presente, en el que tampoco faltan dificultades”.
“A este respecto –apostilló– qué actuales resultan aquellas palabras suyas que son como un lema de vida: ‘Aunque todo sea oscuro, hay que ser siempre fiel. Fiel a Dios y fiel a los hombres’”.
En esta línea, destacó también la necesidad de ser fieles a la fe y poner la confianza en Dios “en unos momentos en que la indiferencia religiosa o el sentido relativista de la vida alejan a tantos de la rica identidad cristiana transmitida de generación en generación”.
Antes del cardenal Bertone, ha pronunciado unas palabras de bienvenida el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, quien se referió también a los momentos difíciles que atraviesa la Iglesia por las acusaciones de abusos a menores contra algunos clérigos.
Martínez Sistach expresó su “adhesión incondicional” al papa Benedicto XVI y le pidió a Bertone que comunique al Santo Padre que “la Iglesia está con el Papa”.
“Siempre, pero especialmente en estos momentos, estamos a su lado y le acompañamos con la constante oración de nuestras comunidades eclesiales como lo hacía la Iglesia apostólica perseguida que oraba por Pedro, para que el Señor le asista y sea su consuelo y su fortaleza en su servicio a la Iglesia y al mundo”, subrayó.
La ceremonia religiosa comenzó a las 10.30 horas en una basílica llena de público y con la presencia de autoridades religiosas y políticas, entre ellas, el presidente catalán José Montilla; el vicepresidente, Josep Lluís Carod-Rovira; el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu; el presidente de CiU, Artur Mas; el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, y el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol.
Para facilitar el seguimiento de la ceremonia, sehabilitó fuera de la basílica, en el Paseo del Born, una pantalla gigante, donde se congregaron decenas de personas que no contaban con la acreditación necesaria para entrar en la iglesia.