Diez puntos de ventaja. Suficientes para que Jaén Rugby consiguiera la primera victoria en este Grupo Élite. ¿La mereció antes? ¡Qué más da! Lo importante es que los jugadores que saltaron al césped de Las Lagunillas –como siempre- creyeron en ella, aunque, esta vez, el marcador les sonrió con un SÍ.
Un triunfo que Jaén Rugby fraguó en una primera parte espectacular. Cierto es que Rugby Fénix Zaragoza anotó los tres primeros puntos del partido mediante un golpe de castigo. Pero la respuesta local fue encadenar diez fases después de una hábil recepción de Franco Scaldaferri. Diez fases moviendo el oval de banda a banda –sobran dedos de una mano para contar quién no lo tocó- hasta que Tato Camacho lo posara cerca de la “H”. Él mismo lo cruzó entre palos. Respondieron los maños con un ensayo transformado obra de sus mejores anotadores: el zaguero Keelan posó y el primer centro Eschenbach transformó (7-10). Grandes individualidades que Jaén Rugby supo contrarrestar con un primoroso juego de conjunto. Y, gracias a él, y al convencimiento de la plantilla los puntos fueron cayendo en el cesto jiennense.
No es un tópico. Es que Jaén Rugby anotó tres ensayos más antes del descanso y todos fruto de un gran entendimiento entre líneas. La “bisagra” supo leer lo que les pedían sus delanteros y les dieron el oval; cuando ellos percutían, los tres cuartos rasgaban la cortina defensiva para después agruparse y que sus “flanquers” pusieran de cara a los anotadores. Posó “Juaco” Berón, entrando en carrera, lo hizo Franco Scaldaferri poniéndole la guinda a un “maul” que avanzó casi 20 metros y, él mismo, le cedió, con un “off load” en caída sobre el banderín, a Facu Real el cuarto ensayo del equipo. En esos quince minutos, el equipo jiennense apenas había salido de la parcela rival. Con un juego preciso y solidario no sólo les hacía retroceder, sino que encadenaba fases a uno y otro lado a lado hasta salir con puntos de la veintidós zaragozana. Bien en los saques laterales, bien en las melés, bien en el juego a la mano… Los tres últimos puntos antes del descanso los sumó Tato Camacho de golpe de castigo. Sí, pero es que la jugada empieza con un saque suyo de veintidós que, fase a fase, llega a cinco metros de la línea de ensayo rival. El último en llevarlo hasta allí fue Manu González que fue cazado con un placaje alto justo antes de posar. Con el pateo de Camacho, el colegiado dio por concluida la primera con un 27-10 en el marcador.
Segunda parte de infarto
El esfuerzo de la primera parte, el marcador tan a favor, el viento, las exclusiones, los jugadores que refrescaron las fuerzas del XV de Rugby Fénix Zaragoza –hizo siete cambios. Quizás todo a la vez. Lo cierto es que el que el equipo visitante recortó muy pronto distancias en el marcador y que del 27-10 se pasó a un inquietante 27-24 con 20 minutos de juego por delante.
Vayamos por partes. Rugby Fénix Zaragoza comenzaba la segunda parte con un jugador menos por ese placaje alto que evitó el ensayo de Manu González antes de descanso. Compensaron esa inferioridad con un sobreesfuerzo que tuvo su premio a los 10 minutos de la segunda parte. Una amarilla a los jiennenses igualó las fuerzas con los zaragozanos a cinco metros de la línea de ensayo. Esa jugada, favorecida por dos golpes concedidos por los jiennenses, acabó en ensayo transformado (27-17). Ya con su formación al completo, contra un jugador menos, el equipo visitante fue ganándole metros al campo y superando la extraordinaria defensa jiennense. Su tercer ensayo llegó a la hora de juego, también desde un golpe sacado a la mano a cinco metros de la línea de ensayo (27-24).
Quedaban 20 minutos de resistencia verdeoliva. Los blancos achuchaban y el oval no salía de campo jiennense. La grada aceleraba sus pulsaciones porque el balón pasaban más tiempo en manos visitantes que locales. Pero Jaén Rugby equipo jiennense mantuvo la sangre fría, la presión, la fe en su juego y resistió uno a uno los ataques del rival. Los minutos pasaban lentos, el cansancio –Jaén Rugby sólo pudo hacer tres cambios- ralentizaba los movimientos y subía el ritmo cardíaco. El minuto 73, nueva amarilla para los jiennenses que acabarían el partido con catorce jugadores.
Hay que decirlo, cuando todo parecía perdido, saltó la chispa, la garra. Tato Camacho recogió un balón perdido por un rival que entraba en la veintidós jiennense y se lo pasó a Santi Mesropian. Menuda carrera que se dio el tercera argentino, pegado a la cal de la banda, esquivando rivales – tres intentaron placarle en vano- hasta llegar a pocos metros de la línea de ensayo contraria; allí, vencido por el esprint fijó al último rival y transmitió el oval a Manu González, que había corrido desde el arranque de la jugada, para que anotara el ensayo definitivo, el que cerraba el partido, el primero del canterano en DHB. Precisamente, Manu González fue elegido mejor jugador del partido en una dura pugna con Juan Castro. El premio se lo entregó Antonio Colmenero, gerente de Livin Gestión Inmobiliaria.
Primera victoria, cuatro puntos más, y salto en la tabla de Grupo Élite. Los jugadores lo celebraron con sus aficionados, algo más de doscientas personas, y aliviaron la tensión generada por las derrotas anteriores. Como decíamos la semana pasada, no hay tregua. El domingo a las 12:00 ya espera Mazabi Santander.