Los autores del estudio encargado por Procasa sobre la despoblación en Cádiz apelan a restar dramatismo a la pérdida de residentes. El fenómeno, advierten es similar a otra docena de capitales de provincia, concretamente a Valladolid, Sevilla, León, Salamanca, Santander o Granada, con pérdidas de hasta 10.000 habitantes en los últimos 20 años.
El informe presentado ayer concluye que, si bien la localidad ha reducido el censo en más de 40.000 vecinos en los últimos 30 años, la mitad de ellos abandonaron la localidad en la década de los noventa, y un 65% del total lo hizo a las ciudades del entorno, lo que explica en parte los incrementos poblaciones de Chiclana (136%) o El Puerto (75%).
La tendencia se ha frenado desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 y, de acuerdo a los investigadores, es posible revertir las cifras. De hecho, Cádiz se ha consolidado como centro del área metropolitana, con una población vinculada de hasta 200.000 personas, por motivos laborales y lazos familiares, fundamentalmente, y por contar con una segunda residencia en la capital, aunque esto en menor medida.
Atendiendo al perfil del migrante gaditano, hombre entre 25 y 49 años, es preciso fomentar la creación de empleo. No en vano, el estudio advierte de que el paro y la precariedad expulsan a los vecinos. Pero también es preciso construir vivienda: el único distrito que ha incrementado la población es el 8, por la construcción del barrio de Astilleros.
Y, finalmente, los expertos advierten del riesgo de tener una población envejecida, dado que la sangría demográfica no se debe ya a saldo migratorios desfavorables, sino a que los fallecimientos superan a los nacimientos.