El Congreso inicia este lunes la última fase de tramitación de la reforma de la Ley del 'solo sí es sí' con la puesta en marcha de la ponencia en donde los grupos parlamentarios deberán negociar las enmiendas presentadas al texto impulsado por el PSOE y a la que acude un PP con confianza en llegar a un acuerdo con los socialistas en este proceso.
Así los han señalado a Europa Press fuentes de los 'populares' en la Cámara baja, quienes han confirmado que en los últimos días los dos partidos han mantenido contacto sobre este tema, aunque sin cerrar nada concreto. Pero estas conversaciones, según han indicado las mismas fuentes, son las que llevan al principal partido de la oposición a ver posible una reforma con los votos de PP y PSOE.
Esta semana, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, reclamaba al principal partido en el Gobierno una llamada para poder hablar de las enmiendas que los 'populares' han presentado a su texto y que siguen la línea del PSOE para convertir las agresiones sexuales con violencia en un subtipo penal y elevar las penas en estos casos.
Sin embargo, el PP quiere negociar con los socialistas otras de sus propuestas para cambiar el texto, como su medida para reintroducir la agresión sexual por engaño o abuso de confianza o autoridad para menores de 18 años y mayores de 16" o su propuesta para a Ley reguladora de la responsabilidad penal de los menores, para evitar que aquellos que cometan delitos de agresión sexual se vean perjudicados en la aplicación de las medidas de seguridad en comparación con las penas aplicables a los adultos.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha echado en cara al PSOE esta situación. A su juicio, los de Alberto Núñez Feijóo quieren ahora "humillar" a los socialistas "obligándoles a pactar enmiendas" que, a su juicio, "abundan aún más en esa vuelta la Código Penal de la violencia e intimidación".
Los 'morados' han insistido durante la semana a su socio en el Gobierno que es posible llegar a un acuerdo con ellos y con "la mayoría feminista" del Congreso. Se refieren a ERC y Bildu, que han registrado enmiendas similares a las de Unidas Podemos a esta reforma del sí es sí. Las enmiendas del BNG también van en esta línea.
En este caso, la opción es la de modificar el Código Penal para que la violencia e intimidación sean un agravante de la violencia sexual. Según han explicado, este es el modo de evitar que estas situaciones se pongan por delante del consentimiento.
Pero el PSOE debe enfrentarse también a otras enmiendas. De hecho, ERC y Bildu aprovechan esta nueva tramitación para reclaman una definición ampliada del consentimiento y que se añada a la actual que "no se deducirá que hay consentimiento por la ausencia de resistencia física o el silencio de la víctima, ni por su conducta sexual previa".
Entre las enmiendas de catalanes y vascos también se incluye la de incluir como agravante que la persona que ejecuta el delito lo haga valiéndose "de su condición de funcionario público, de personal público o de agente de cualquier organismo o institución pública" o "cuando la persona responsable de la agresión u otra persona lo haya registrado mediante dispositivos electrónicos".
Del mismo modo, proponen que "los medios de comunicación, tanto los públicos como los privados, velen por la protección del derecho a la intimidad y el honor de las víctimas y de sus familias, evitando en todo momento proporcionar detalles morbosos de las agresiones". Esta enmienda se presenta "como medida de contención al ánimo lucrativo y morboso de los medios".
Otras formaciones han presentado sus enmiendas a esta reforma con el objetivo de reformar otras normas. Más País-Equo o Ciudadanos, por ejemplo, buscan modificar Ley de protección a la infancia, conocida como Ley Rhodes, y solucionar un problema jurídico que presenta y que deja en el aire la prescripción de delitos.
Junts, por su parte, propone modificar la ley General de la Comunicación Audiovisual para poder castigar penalmente a aquellas plataformas que permitan el acceso de menores de edad a contenido pornográficos. Pero también ha presentado enmiendas para "corregir" las normas relativas a la malversación y los desórdenes públicos.
Por su parte, formaciones como Compromís y PNV no han registrado enmiendas. Sin embargo, los valencianos se han manifestado siempre a favor de las directrices de Igualdad, mientras que los vascos defendieron en el Pleno que la posición del PSOE no sacaba el consentimiento del centro.
A este escenario se enfrenta el PSOE para sacar adelante su texto que deberá llegar a un acuerdo con los grupos el mismo lunes, ya que el martes a las 09.00 horas se celebra la Comisión de Igualdad en la que la reforma pasará su primer examen.
Si el dictamen de la ponencia es ratificado, el Pleno del Congreso lo votaría ese mismo jueves. Cabe destacar que, al ser una ley orgánica, la reforma del PSOE deberá obtener un mínimo de 176 votos favorables en el Pleno.