La orden había sido solicitada al Tribunal de lo Penal de Bangkok por el Departamento de Investigaciones Especiales de la Policía, que había presentado como prueba un vídeo en el que presuntamente Shinawatra alentaba a sus seguidores a cometer actos violentos.
El mensaje fue divulgado antes de que cientos de manifestantes antigubernamentales saquearan e incendiaran varios edificios de la capital al ser desalojados de la zona del centro comercial que habían ocupado el 3 de abril.
Desde un lugar secreto en el exilio, Thaksin Shinawatra envió un comunicado a Tailandia para manifestar que la orden judicial forma parte de los esfuerzos del Gobierno para destruirle políticamente.
El ex mandatario precisó que la conspiración para destruir su carrera política comenzó con el golpe militar del 19 de septiembre de 2006, que acabó con su mandato.
Shinawatra ha negado de forma insistente durante los últimos dos meses de manifestaciones que él dirigiera a los opositores llamados camisas rojas y la semana pasada condenó la violencia, aunque subrayó que es responsabilidad del Gobierno encontrar y llevar ante la justicia a los culpables de actos de terrorismo.
La violencia costó la vida a 85 personas, entre ellos un camarógrafo japonés y un fotógrafo italiano.