El músico y compositor rondeño Nazario Guerrero presenta este sábado en el Teatro Municipal Vicente Espinel su nuevo trabajo ‘La Historia de Ziggy’, para lo que contará con la colaboración de otros grandes artistas de la ciudad que, como él, han encontrado de un modo u otro su camino en la música, María Villalón, Martha Pérez, Ainhoa Pérez y Ángel Manzano. Este viaje musical tiene además un fin benéfico, ya que parte de la recaudación se destinará a la Asociación Rondeña de Alzheimer AROAL.
Aunque empezó a tocar el piano desde temprana edad, dedicarse a la música a nivel profesional no estaba en los planes de Nazario Guerrero. Pediatría, Derecho, Psicología, Filosofía o Historia del Arte fueron algunas de las especialidades que llegó a barajar en algún momento u otro de su vida, pero con un perfil artístico como el suyo era inevitable que finalmente se decantara por los estudios de Musicología.
El Conservatorio de Música ‘Ramón Corrales’ de Ronda fue su primera casa, donde con 8 años eligió piano como instrumento, para seguir su formación en el Conservatorio ‘Manuel Carra’ de Málaga, donde terminó los estudios profesionales de piano clásico. “Justo después -recuerda-, cuando tocó elegir carrera, elegí Musicología en Granada”, que compaginó con estudios de Composición y Patrimonio Musical en el conservatorio. “Era una cosa que fue ocurriendo poco a poco, yo no pensaba dedicarme a la música, de hecho, cuando era pequeño pensaba que iba a ser pediatra, tenía mucha simpatía por los médicos que me cuidaban, por mi asma y mi alergia, así que decía que cuando fuera mayor iba a cuidar de los niños como yo siendo médico”, confiesa Nazario.
Al principio, compaginar el instituto con el conservatorio fue una experiencia “intensísima”, pero con 14 años empezó a escribir canciones. “Yo era un niño muy tímido -asegura-, y componía las canciones para mí. Aún guardo esos cuadernos como oro en paño, con letras en inglés, acordes y poesías que iba aprendiendo en el conservatorio”.
Buen estudiante, aunque un poco “caótico”, tomó finalmente la decisión de estudiar Musicología en la Universidad de Granada, y fue todo un descubrimiento para Nazario, “una maravilla, porque empecé a rodearme de artistas, tanto en la facultad como en el conservatorio, y eso me abrió las puertas a muchas cosas”. Fue una época de tocar en festivales con su grupo de rock alternativo Fancy Vodka, de exposiciones, de conciertos, de desarrollarse como artista, porque “más allá de estudiar y del mundo académico, a mí me ha influido un montón la gente que he conocido, y Granada es una parte muy importante de ese crecimiento”.
Fancy Vodka fue sin duda “un proyecto interesante” con el que publicaron un disco y tocaron en el marco de varios festivales. “Yo escribía las canciones, tocaba y cantaba, y además hice un proyecto con un cuarteto de cuerda que se sumó a varios conciertos y fue muy interesante, porque desarrollé diferentes formatos, de banda de rock pero introduciendo fórmulas clásicas”. Ahí quedó patente su interés por aunar aquello que aprendía en el conservatorio con la música más popular y accesible.
Si le preguntas a Nazario Guerrero cómo se define, le cuesta encontrar las palabras, porque aunque se percibe más como compositor “porque me gusta mucho la labor de la creación”, para el concierto del sábado, por ejemplo, “he hecho mucho a nivel creativo, más allá de cantante y de intérprete, y me he metido en temas de dirección teatral y de escritura creativa”. “Hemos hecho una historia -concreta finalmente-, así que si un compositor es un creador musical, creo que eso me define un poco más”.
Tampoco olvida su labor como profesor en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla ‘Manuel Castillo’, en el departamento de Improvisación y Acompañamiento. “Está siendo una experiencia increíble, empecé a dar clases hace bastante tiempo, pero una enseñanza superior no tiene nada que ver con lo que había hecho antes. Es un espacio universitario en el que llevo a las clases mucho debate y reflexión, mucha música tanto nueva como del repertorio académico. Se generan conversaciones increíbles -recalca-, no sé si les estaré enseñando mucho, pero ellos a mí sí”.
Su paso por el programa de Canal Sur ‘Tierra de Talento’ es otra de esas experiencias que han marcado su vida, y que disfrutó casi como si fuera un juego. “Me gustaba mucho porque era un programa que estaba muy abierto a la música clásica, a propuestas muy diferentes al resto de ‘talent show’, con profesionales en el jurado que te podían dar otro tipo de perspectiva, y eso me llamó la atención”. Del jurado se llevó también comentarios tan alentadores como el de José Mercé, cuando le dijo que cómo es que no estaba en todos los teatros del mundo, o el de Mariola Cantarero que le bautizó como el “Elton John granadino”.
Ahora, con ‘La Historia de Ziggy’ presenta “una especie de cuento escénico, un disco conceptual que hemos estado trabajando con el productor granadino Jaime Beltrán”. Como explica, “en la escritura del disco, el hilo conductor era el paso del tiempo, la melancolía patológica, la frustración a la hora de no enfrentar bien que el tiempo se nos acaba, los arrepentimientos, las culpas, de no saber si damos lo suficiente de nosotros”. Así fue surgiendo la historia y comenzaron a trabajar en el personaje de Ziggy, “un ser cósmico del espacio”, una historia que presenta este sábado teatralizada por Entre Bambalinas, “una especie de cuento escénico en el que el personaje de Ziggy va a acompañar a una versión de mí mismo un poco más joven en una serie de escenas en las que vamos a ver el mundo frenético en el que vivimos”.