Familiares de Diego Valencia, el sacristán de la iglesia de la Palma asesinado en el ataque del pasado 25 de enero, ha querido puntualizar en un comunicado varios aspectos respecto a la situación del caso, ya que consideran que la información que surge desde Madrid viene facilitada, en su mayor parte, por la defensa de Yassine Kanjaa, el autor confeso de los hechos.
Explican que la acusación particular, que representa a la familia en este caso, está formada por el que fuera presidente de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial en Algeciras y de la Sala Penal de Apelación del TSJA, Manuel Gutiérrez Luna, y el letrado algecireño Manuel Barberá Liñán.
La familia de Valencia subraya que el escrito de apelación presentado por la defensa de Kanjaa reconoce que su defendido es “el autor del hecho” y que “el delito de terrorismo puede ser cometido por una sola persona, cual se estima es el caso”.
“Se refiere igualmente a la no imputabilidad del investigado y presunto autor de la muerte, en el sentido de que, existiendo un informe previo de los dos forenses de la Audiencia Nacional y el encargado por la defensa”, que coinciden en señalar que padece “trastorno delirante”. Sin embargo, recuerdan que el juez instructor ha encargado un nuevo examen del acusado, actualmente interno en el Centro Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla.
Asimismo, señalan que el escrito de apelación de la defensa intenta que “se tenga en cuenta ese trastorno para eximirle de culpa”, pero pide que, “de forma subsidiaria, se le aplique una eximente incompleta”, lo que “podría conllevar no la exención de responsabilidad, sino una reducción de pena”.
Señalan los familiares del sacristán que “una persona que convivía con otras de su misma nacionalidad y que meses antes de cometer el atentado comenzó a leer a través de internet páginas de terrorismo; que elige iglesias cercanas unas a otras, conoce el horario de misas, con la finalidad de poder atentar contra la religión católica y quienes la encarnan -sus sacerdotes- y resto de fieles que acuden a diario a profesar su fe, considera nuestra defensa que con estos y otros muchos detalles, planeó su macabra acción; por lo que, es difícil se le exima de responsabilidad”.
En todo caso, añaden, “debe ser la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, una vez finalizada la instrucción y en la fase de juicio oral, donde se diluciden estas cuestiones”.
“Nuestro interés es que se haga justicia con el asesinato de nuestro esposo y padre, y que los medios de comunicación puedan reflejar la realidad de cuanto acontece, todo ello por respeto a la dignidad de nuestra familia ya que, toda esta información tergiversada, sesgada y parcial –a su juicio-, no hace más que aumentar el dolor por el injusto, macabro e inmerecido hecho cometido contra nuestro padre, existiendo, al parecer, un especial interés por parte de algunos en que no encontremos el consuelo y serenidad que en estos momentos necesitamos”, concluyen.