Una vez más, se preparan para batirse ‘aladiles’ acompañados de damas, torres, alfiles, caballos y peones, en pro de la conquista de mi territorio. Da igual sean blancos, negros, partidistas o independientes. No recuerdo las veces que introduje en las urnas lo que ya de por sí era una papeleta. Tampoco las veces que me equivoqué o equivocaron. Lo cierto es que donde confluían riquezas, ocio, trabajo, bienestar y alegría, en la actualidad ha mermado tanto que podemos jugarlos en los tableros de ajedreces de viaje que venden los chino, y ‘demosgracias' que aún seguimos deliberando qué elegir, porque menos los ‘siete hijos de Écija’, tuvimos de todo.
Cuando estas partidas se hacían en la ‘rebotica’ eran menos encarnizadas, pero más fructíferas para los que las jugaban. Solo tenían que poner encima del tablero un mapa de Barbate y, trazando tintas de plumas ‘Fuente o Estilográficas’: Parker o Viscontil que traían de Tánger o Gibraltar; diseccionaban mi territorio a su libre albedrío: ‘patí el Montaraz’, ‘patí la Tarrayuela’, ‘pati Jarillo’, ‘patí el Pozo Montano’… Algunas veces cuando el mancebo de turno decía: ‘y pa mí’, contestaban los terratenientes: ‘patí un mojón’–cómo dijo el Peña–; pero algo también ‘trincaba’. Quizás no fuera del todo así, pero parecido, porque los niños que nos prodigábamos por los límites del pueblo nos ‘jincábamos’ los ‘alambraos’ que custodiaban estas reparticiones.
Los que verdaderamente creaban la riqueza, solo pesaban en otro barco, ‘más’ grande, con un motor ‘más’ grande, un arte ‘más’ largo… El adverbio ‘más’ se convirtió en el más deseado por armadores y patrones. Poco importaban los lances –sin ‘jalador’–, para traer cajas de 34 kilos, ‘empetando’ lonja, fábricas de conserva o cubriendo los campos cercanos de pescado. Normal que proliferaban aquellas moscas barbateñas de las que tanto se jactaba ‘El niño el palaustre’ cantando “¡Soy del pueblo de las mosca con eso tengo bastante!”. ¡Cuánta ironía expresaba aquel estribillo! Desafortunadamente, el adverbio ‘más’, con los años, sería ‘menos’. Tanto que hasta las moscas se extinguieron, lo mismo que el pescado, los barcos, las fábricas, las ferias, los cines, las peñas, los parques, los carnavales y hasta parte de nuestra idiosincrasia.
No se entiende que a un pueblo tan especial y experto en todas las artes aún no haya llegado ese ‘mecía’ honrado, ecuánime y barbateño, capaz de comprometerse sin pensar qué será de su futuro y luche por el futuro de los demás, sin dudas, mentiras o engaños. Alguien que con humildad y decoro aglutine las ideas para convertirlas en ideario común, y que la ‘Marca Barbate’ esté por encima de siglas y partidos. Que luche por el futuro que merecemos. Alguien con ilusión, capaz de crear mojama de los esteros, anchoas de la salina, doradas de San Paulino, Lenguados del río viejo, atunes del Cocío, sardinitas de la jábega, piñones de la piñera, ternera del Retín o cerdos del Barranco Jondo…; con proyectos que pongan en valor, nuestros productos, con modernidad futura y creativa. Espero con esperanza Ese, Esa, o Esu…, que abandere sin complejo la ‘MARCA DE BARBATE’, ilusione y cambie nuestra mentalidad!