El viejo decir que la unión hace la fuerza lo tenemos -me sigue gustando lo de ‘Huelva, Costa de la Luz’- en uno de los sectores más privilegiados por la naturaleza y en un territorio sobre el que, afortunadamente, no acecha ningún elemento ajeno ni mucho menos pernicioso como es esa franja al abrigo de los municipios de Isla Cristina y Lepe, o Lepe e Isla Cristina que tanto monta, y donde cada uno ha dado cuerpo y figura a Islantilla.
A lo mejor, como aditivo que nació hace muchos años y antes de esta iniciativa en Lepe, cabría aquello de ‘El lugar de las horas felices’. Pero con los pies en la tierra dejemos la cosa como está y sigamos confiando en la visión de isleños y léperos, o al revés según los gustos, para que tengamos la oportunidad de que esas tres décadas cumplidas sean el mejor soporte para algún día asistir a esos futuros núcleos turísticos hacia Isla Cristina por un lado y hacia Lepe por otro…
A viva voz, y después de más de esas tres décadas, hay que subrayar sombrero en mano que Islantilla ha sabido poner en valor su valioso marco natural con un diseño urbanístico sostenible en el que es posible disfrutar de la naturaleza al tiempo que se accede a ella para la práctica de numerosas actividades al aire libre, destacando su espectacular tirolina urbana, la de más largo recorrido de Europa -¡ojo al dato!- amén su parque dunar, senderos, las cercanas marismas y pinares… convierten cualquier espacio en una oportunidad para desconectar y para abrir los sentidos. Sí, eso se llama vivir y sin mucho esfuerzo lo tenemos gracias a esa Mancomunidad Isla Cristina y Lepe que se adelantó a la Expo-92.
El otro día, coincidiendo con un certamen de pintura en el barrio de los pescadores de La Antilla -la hermana mayor pionera de Lepe- pude comprobar que Islantilla no se ha quedado anclada en sus orígenes y pude comprobar una progresiva modernización de sus viales para hacerlos compatibles con la circulación de vehículos y el paso obligado por sus senderos y paseos que nos permiten adentrarnos en su singular campo de golf, algo que no deja de sorprender al visitante.
La oferta cultural es una de las más diversas de la costa, al complementarse, además, con la rica agenda que programan ya por esta época los municipios garantes de este éxito turístico que tanto nos satisface. La apuesta de Islantilla por la cultura como herramienta para la promoción del destino turístico es una de las líneas de acción de la Mancomunidad desde sus orígenes, con iniciativas como el Festival de Cine, la Feria del Libro o el concurso de pintura rápida que fue el que precisamente me movió a este reconocimiento, además de otras actividades que singularizan a este enclave.
Las cosas así, esta empresa común de Isla Cristina-Lepe-Lepe-Isla Cristina debe ser un ejemplo para el resto de la costa onubense, y obligado me veo a resaltar la estrecha colaboración y objetivo común de Lepe e Isla Cristina que, como subrayaba Francisco Zamudio Medero, delegado isleño en la Mancomunidad en ‘La Higuerita’ a propósito del II Festival de las Artes y Las Letra,s el fuerte vínculo de Islantilla con la cultura, puesto de manifiesto con la creación hace más de 23 años del Festival de Cine.
A su vez, la vicepresidenta de la Mancomunidad, Mariana Otero, en representación de Lepe puso de manifiesto la línea de consolidación del Festival de las Artes y las Letras. Sí, y turísticamente hablando, todavía seguimos esperando nuevos avances ya que con la concentración de hoteles de 4 y 5 estrellas de toda la Costa, Islantilla y sus municipios matrices ofrecen una amplia variedad de alojamientos para todos los gustos y bolsillos. Algo que se ve y se palpa para orgullo de Huelva. ¡Que cunda el ejemplo!