Un solo año en Segunda División. Ese es el tiempo que ha necesitado el Atlético Torcal para regresar a la máxima categoría del fútbol sala femenino. Tras quedar primeras destacadas en Segunda División, la fase de ascenso era el último escollo antes de regresar a la élite.
Este reto llevó a las jugadoras de Víctor Quintero a Guadalajara, donde se veían las caras ante el Chiloeches el pasado domingo. Una victoria aseguraba el ascenso para las costasoleñas, que no dieron opciones a su rival. Lo consiguió, además, de una forma muy similar a la de hace dos cursos, cayendo en su primera tentativa por ascender, pero lográndolo en la segunda oportunidad, que obligaba a ganar otros dos partidos en busca de un último pase.
Esta hazaña fue posible tras imponerse, al mencionado Chiloeches de Guadalajara por un abultado 1-4, una semana después de vencer también al Almagro en Guadaljaire (3-1). Un triunfo con goles de Ceci, África, Ale y Nuria, pero sobre todo, con un gran trabajo en equipo, una seguridad y madurez apabullantes y un talento que necesita dar ya un salto de calidad en Primera.
Un logro de mucho mérito (de 52 equipos que hay en Segunda sólo suben tres) y al que ahora se le deberá dar forma con un proyecto sólido que asiente al club en Primera.
