Gran Canaria dio un paso de gigante al firmar el acuerdo con DreamLand, pero reconoció que necesitaba unos 4 millones de euros más para afrontar con garantías una temporada en la Euroliga, cantidad que no ha llegado.
Además, la primera y única vez que el conjunto amarillo ha jugado la máxima competición europea (2018-2019) estuvo a punto de descender.
Así, Gran Canaria jugará en la Eurocup en una situación que deja a Valencia Basket con pie y medio en la Euroliga. El CEO actual que dejará el cargo a finales de julio, Marshall Glickman, ya reconoció que si esto ocurría jugarían “los mismos equipos” de la edición pasada.
La entidad taronja, expectante desde hace semanas, no ha realizado movimientos en su plantilla más allá de las salidas de Sam Van Rossom y Neno Dimitrijevic y de Chechu Mulero como director deportivo a la espera de planificar con la Euroliga como principal argumento para convencer a jugadores.