La película, que se estrena el próximo día 25, comienza en la Venecia de 1763, en la que Da Ponte, interpretado por Lorenzo Balducci, lleva una vida entregada a vicios y placeres, siempre bajo la sombra de su maestro y mentor, Giacomo Casanova (Tobias Moretti).
Sin embargo, la Inquisición lo condena al exilio a Viena, en donde Casanova le ayuda a introducirse en la sociedad vienesa, que le permitirá conocer a Salieri (Ennio Fantastichini), el compositor preferido del rey, y a un recién llegado y joven Mozart (Lino Guanciale).
En la presentación del filme, Saura ha explicado que el productor Andrés Vicente Gómez está en el origen de la cinta. “Estando juntos de promoción en Los Ángeles, me presentó a un productor austríaco que tenía un guión de un italiano. Eran 300 páginas sobre la historia de Da Ponte”.
Tras una primera lectura, Saura decidió centrarse en “el proceso de construcción de Don Giovanni con Mozart, que en el guión era una parte pequeña”.
En su bagaje reciente, Saura tenía la experiencia del trabajo cinematográfico con la música de Tango o de Carmen: “Sólo cambia la estética y la época”, dijo.
Ante la escasa información fiable que existe sobre la vida de Da Ponte y en concreto sobre la relación con Mozart, el equipo de guionistas que trabajó con Saura tuvo que emplearse a fondo e “inventar algunas cosas, como la joven amante que hace que Da Ponte deje atrás su vida libertina”.
Sin embargo, el director asegura que “en un 90% la película es fiel a la realidad histórica”.
Piensa el cineasta aragonés que “la relación entre Da Ponte y Mozart tuvo que ser muy cercana” y que la ópera que hicieron juntos tiene mucho del otro Don Giovanni, el de Gazzaniga, que también aparece al principio en la película.
“El texto de Da Ponte es semejante en un 80% al de Gazzaniga y me atrevería a decir que Mozart también copió algún fragmento en su música, algo que no era extraño en la época, pues todos se copiaban e incluso en el Don Giovanni de Mozart hay fragmentos del español Vicente Martín Soler, un contemporáneo suyo, amigo y enemigo a la vez”, sostiene.